IMPULSO/ Agencia SUN
Estados Unidos
Una noche como la de este sábado 24 de febrero, pero de hace 20 años, la vida le arrebató a Juan Francisco Estrada (36-2-0,25KO´s), a su madre.
En el aniversario luctuoso de Angélica Romero, el boxeo castigó al “Gallo” con una decisión polémica –clásico de este deporte— que produjo incredulidad en el mexicano que vio como el tailandés Srisaket Sor Rungvisai (44-4-1,39KO’s), levantó las manos al escuchar la decisión de los jueces.
Rungvisai defendió por segunda ocasión su título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), al llevarse la pelea por decisión mayoritaria con calificaciones de 114-114, 117-111,115-114.
Durante la semana, “El Gallo” Estrada reveló que por primera ocasión en su carrera pelearía en un aniversario luctuoso de su madre, por lo que su actuación en la cartelera SuperFly 2 fue dedicada a la memoria de quien le dio la vida.
Sobre la parte trasera de su calzoncillo, el sonorense mandó bordar un parche con el versículo Filipenses 4:13 que se refiere a “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Huérfano desde los 7 años de edad, Juan Francisco aprendió a ponerle el rostro a la adversidad. Rungvisa, el hombre demoledora bien pudo “arrancar la cabeza al Gallo” pero falló en repetidas ocasiones ante la inteligencia de Estrada.
“Considero que gané la pelea con mi boxeo y los últimos rounds con mi agresividad, no sé qué querían estos jueces para darme la victoria. Me siento robado, pero al final de cuentas el boxeo es de apreciación”, dijo Estrada al término del combate.
Con las mismas manos con las que levantó paredes al ejercer el oficio de albañil, El Gallo construyó un combate inteligente. Se despojó de emociones para trabajar en defensa con pasos laterales que hicieron fallar al tailandés en repetidas ocasiones.
Si bien Rungvisai acertó golpes de poder que provocaran que Estrada caminara hacia atrás, ninguno puso a merced de nocaut al “Gallo” que mostró buena preparación física. Rungvisai, quien antes de ser figura en Asia trabajó como basurero, se encontró en Los Ángeles una victoria que no merecía, al final de cuentas como hombre cenicienta, mantiene su momento dulce con el boxeo.