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Bagdad
Las fuerzas iraquíes lanzaron el domingo la ofensiva para “liberar” el oeste de Mosul, una batalla que se anuncia difícil para expulsar a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) de su último bastión en Irak.
Miles de hombres están implicados en las operaciones, que comenzaron a primera hora de la mañana con la toma de cinco localidades cercanas al aeropuerto, situado al sur de la segunda ciudad del país.
Cerca de la línea de frente, hacia la que se dirigían vehículos militares difundiendo canciones patrióticas, podían oírse intensos bombardeos aéreos y terrestres, constató una periodista de la AFP. “Lanzamos la operación a las 07H00 locales (04H00 GMT)” y “hemos destruido vehículos con explosivos y matado a varios miembros de Dáesh” (acrónimo en árabe del EI)”, precisó Abas al Juburi, un responsable militar.
El anuncio llegaba cuatro meses después del lanzamiento el 17 de octubre de una gran ofensiva para retomar Mosul. Tras semanas de duros combates, en enero consiguieron controlar la zona este de la ciudad.
La violencia de los combates que se anuncian preocupan a las organizaciones humanitarias, como Save The Children, llamando a las fuerzas iraquíes a hacer “todo lo necesario para proteger” a los 350 mil niños atrapados en el oeste de Mosul en Irak.
“Los niños se encuentran ante una elección macabra: las bombas, los combates y el hambre si se quedan o las ejecuciones y los disparos de francotiradores si intentan huir”, afirmó Maurizio Crivallero, director en Irak de la oenegé.
Cercado en su último gran bastión en Irak, el EI opone desde el 17 de octubre una feroz resistencia para defender Mosul, donde su líder Abu Bakr al Bagdadi proclamó un “califato” en junio de 2014.
Casa por casa
Tras haber conseguido controlar los alrededores de Mosul, las fuerzas de élite iraquíes -las unidades del servicio antiterrorista- necesitaron más de dos meses para reconquistar, a finales de enero, la parte este de Mosul.
La parte occidental es más pequeña que la oriental, pero está más densamente poblada y es en esta zona donde se encuentran algunos de los baluartes de los yihadistas.
Las callejuelas del casco viejo de la ciudad harán muy complicado el paso de los vehículos militares, lo que ralentizará el avance de las fuerzas federales, advirtieron los analistas.
La batalla por el oeste de Mosul “podría ser más difícil, con combates casa por casa, más sangrientos y a mayor escala”, advierte Patrick Skinner, del Soufan Group Intelligence Consultancy.
Además, los yihadistas podrían beneficiarse de un mayor apoyo de los habitantes de la zona oeste, en su mayoría sunitas, que en la parte este, estiman los analistas. “La resistencia del EI podría ser mayor en esta zona y será más difícil, pero es más esencial”, señala Emily Anagnostos, del Institute for the Study of War.
En un primer momento, la policía federal y las tropas del ministerio del Interior iniciarán esta nueva fase de la ofensiva avanzando hacia el aeropuerto de Mosul, situado en la periferia sur de la ciudad, al oeste del Tigris, el río que atraviesa la ciudad.
Desgaste
Las fuerzas federales sufren un desgaste importante, pero el EI, más todavía. Los yihadistas podrían no tener suficientes recursos para defender el oeste de Mosul de forma eficaz.
Sin embargo, incluso en las zonas reconquistadas, el EI sigue atacando, lo que refleja la dificultad para las fuerzas iraquíes de asegurarse que los yihadistas no están mezclados entre la población civil.
La coalición internacional liderada por Washington celebró el domingo la reanudación de la ofensiva, “un rudo combate para cualquier ejército” y para la que “las fuerzas iraquíes están a la altura del desafío”, aseguro el comandante estadunidense Stephen Townsend.
La conquista de Mosul supondría el final de la presencia en Irak del EI como fuerza implantada en el territorio y sería un serio revés para el “califato”.
El primer ministro iraquí Haider al Abadi afirmó a finales de diciembre que se necesitarían tres meses para expulsar al EI del país. En la vecina Siria, los yihadistas defienden con uñas y dientes su feudo de Raqa, así como la ciudad vecina de Al Bab, cerca de la frontera turca.