IMPULSO/ Patricia López Vences
Toluca
El grave problema de las empresas mexicanas para elevar la competitividad, eficiencia y productividad radican en la gestión empresarial y no en los trabajadores, ya que hay mano de obra calificada, se trabaja más en México que en otros países, pero no se alcanzan los estándares mundiales porque no hay responsabilidad empresarial para ser ejecutivos de finanzas.
Al concluir el XIII Foro Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, IMEF, los participantes reconocieron una falta de preparación en el propio empresario para definir metas claras, no sólo aterrizar en generar una utilidad, sino trascender hacia lo que será el momento en el cual podrá haber un valor agregado en los proyectos empresariales.
No obstante, dmitieron la falta de salarios acordes a los conocimientos de los trabajadores, así como la falta de confianza en ellos, la misma tramitología al interior de cada empresa, errores de comunicación y falta de espacios dignos para laborar.
En el Cosmovitral, urgieron una mayor “vinculación al sector educativo” y gubernamental en el ánimo de establecer coordinación que coadyuve a generar un valor agregado a las inversiones que actualmente se realizan.
Encabezados por el presidente del IMEF Nacional, Joaquín Gandara, así como de Pedro Ovin, dirigente de IMEF Valle de Toluca, la directora general del Trabajo, Nicolle Rogel, coincidieron en advertir que México está frenado en elevar la competitividad y productividad no por culpa de los trabajadores, sino de los empresarios, que, ante factores como la falta de confianza, la falta de salarios dignos, entre otros temas están generando una brecha en la competencia mundial.
Si bien en México se trabaja lo doble que en otras naciones como Estados Unidos, se produce menos, y no por falta de mano obra calificad,a sino porque no hay eficiencia en la gestión empresarial y eso depende de los empresarios, puntualizaron.
En su turno, Víctor Herrera, director general de Standard and Poor´s en México, reconoció que el esfuerzo que se realiza entre autoridades y empresarios genera confianza y certidumbre a la inversión, la cual, recomendó, debe ser diversificada, alentando más el capital nacional para elevar la competitividad en el Estado de México, ya que esta entidad sacó calificación A, aunque falta todavía llegar a la AAA.
Nicolle G Rogel, directora general del Trabajo, habló de cuatro puntos: la formalización del empleo, el dialogo, justicia laboral, capacitación y autoempleo, y destacó que los empresarios cuentan con herramientas para fortalecer sus empresas vinculándose al sector educativo y gubernamental, ya que se otorga una gran variedad de apoyos desde capacitación, becas para el adiestramiento del trabajo, entre otros programas tendientes a mejorar la productividad y competitividad de las empresas mexiquenses.
