por Luis Flores.
Dopamina
Desde hace unos meses he intentado hacer lo que llaman, ayuno de dopamina, la teoría de esto es que estamos tan expuestos a estímulos de todo tipo, que hemos perdido entre otras cosas nuestra capacidad de asombro y todo nos parece lo mismo. La tecnología y lo cambios económicos y sociales nos ha llevado a un punto en el que la gratificación instantánea esta siempre a nuestro alcance, basta un click y tenemos acceso a casi cualquier contenido y lo mismo pasa con lo que comemos, nos atiborramos de comida chatarra porque es lo más fácil de conseguir y engullimos montones de sustancias dañinas para nuestro cuerpo sin cuestionarnos nada, sólo porque satisfacemos ese antojo de la manera más rápida, lo mismo pasa con el contenido que consumimos para nuestro entretenimiento. Las redes sociales quieren nuestra atención y al parecer nosotros se las entregamos sin condiciones ni restricciones, creo que a todos nos ha pasado lo de quedarnos viendo videos sin sentido en nuestro teléfono o computadora por mucho tiempo sin discriminar sólo porque gracias a los algoritmos aparecen en nuestros dispositivos y si no cortamos de tajo esa especie de hipnosis podríamos estar pegados a la pantalla por días sin protestar, los algoritmos funcionan de esa manera si uno ve por una cierta cantidad de tiempo cierto contenido, el algoritmo deduce que eso es lo que nos interesa y nos recomienda lo que más llama nuestra atención, entonces un desayuno de dopamina sería como una manera de desintoxicarnos de ese exceso de información y obviamente estímulos a los que estamos expuestos todos los días, un buen ayuno de dopamina tendría que ser una desconexión total por uno o varios días para intentar recuperar el gusto por cosas que paulatinamente nos han ido dejando de interesar, si nos ponemos estrictos esto debería incluir todo tipo de satisfactores gratuitos, desde leer, escuchar música, comer cosas dulces, tomar café o cualquier otro estímulo innecesario en otras palabras se trata de aburrirnos para recuperar algo de la pasión que hemos perdido en esta sobre estimulación en la que estamos sumergidos desde hace mucho tiempo, pero en mi caso todo esto se queda en la teoría, por mi trabajo vivo saturado de estímulos chatarra y cuando pienso que lo puedo conseguir los algoritmos conspiran en mi contra y aparece algo que se roba mi atención y me vuelve a llevar a ese vértigo de la gratificación instantánea del cual pocos logran salir. Habrá que buscar la manera de llevar a cabo estos ayunos de dopamina antes de que mi cerebro no distinga entre lo virtual y lo verdaderamente real.