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El Factoraje opción para que las empresas crezcan

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La falta de recursos no sólo puede hacer que una empresa no crezca, sino que la puede llevar a la muerte. Y éste es uno de los problemas a los que se enfrentan las empresas en México, sobre todo las pymes. Según información del Inegi, la segunda fuente de financiamiento para las empresas pequeñas y medianas fueron sus proveedores. Así que se vuelve una cadena. Las empresas grandes –de las cuales las pymes son proveedoras– tardan en pagar desde 30 hasta 180; a su vez, las pymes se financian de sus proveedores, a los cuales el pago también les llega en el tiempo en el que mejor le acomode a la empresa. Tiempo que puede significar el quedarse sin flujo de caja para operar el día a día.
¿Hay alternativas de financiamiento que permitan que las empresas no se queden sin dinero? Un crédito bancario es una opción casi impensable, no sólo porque 66.8% de las empresas (según el ejercicio del Inegi) no aceptarían uno debido a varias razones, entre éstas su costo, sino porque los bancos prestan a estas empresas bajo requisitos que no son siempre posibles de cumplir para ellas. Pero a las opciones de financiamiento, se suma el factoraje financiero.
Éste es un mecanismo de financiamiento a corto plazo que permite que las empresas puedan disponer de recursos anticipadamente a través de la cesión de los derechos de sus cuentas por cobrar. Esto permite convertirlas en efectivo y con ello poder financiar la operación diaria de la empresa. Funciona principalmente para pymes que son proveedoras de grandes empresas.
“El factoraje está ideado para inyectar capital de trabajo”, explica Isela Muciño, directora de administración y finanzas de la Asociación Mexicana de Factoraje Financiero y Actividades Similares.
Las instituciones financieras, las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (sofomes) o la banca de desarrollo (principalmente Nacional Financiera) son las instituciones que ofrecen este tipo de financiamiento. “Para las pymes es mucho más viable y recomendable hacerlo por Nacional Financiera porque si lo hacen por su propia cuenta sería muy difícil que un banco o una empresa grande de factoraje les haga una cuenta por los 50 mil o 100 mil pesos que le venden a Walmart al mes, por ejemplo. Para una pyme esto es mucho dinero, pero para un banco es muy poquito porque tendría que incurrir en mucho costo administrativo”, explica Isela.
En este caso, las pymes pueden solicitar a la banca de desarrollo, ya sea Nafinsa o Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), este servicio. En el caso de Nafinsa, ésta, a través de su programa Cadenas Productivas, ofrece no sólo a los proveedores de grandes empresas, sino de dependencias o entidades del gobierno federal, gobiernos estatales y municipales, la posibilidad de obtener liquidez sobre sus cuentas por cobrar a través del factoraje, sin necesidad de esperar a la fecha de vencimiento de las cuentas.
Así funciona: tú cómo pyme (ya que te subiste a la plataforma de Nacional Financiera y estás autorizado) le vendes hoy a cualquiera de las empresas que está dada de alta en Nafinsa, subes tu factura a la plataforma y así puedes acceder a financiamiento. “Tú, por ejemplo, le vendes a Liverpool y subes tu factura a la plataforma. Ahí hay varios bancos que operan esa cadena. Escoges el banco y en menos de una hora ya tienes el dinero en tu cuenta. La ventaja de trabajar con la banca de desarrollo es que ésta le ofrece al banco que te está dando el dinero la garantía del impago”, explica Isela. Si esta empresa no llegara a pagar, Nafinsa sería la que le pagaría al banco que está dando los recursos. Si le vendes a empresas grandes, es muy probable que ingresar a Cadenas Productivas o a las cadenas de algún banco no sea tan complicado porque tu cartera es valiosa debido a las empresas a las que les vendes.
“El factoraje es muy bondadoso. Son operaciones rápidas y las tasas son muy competitivas. El trámite es un poco engorroso pero una vez que estás arriba, es inmediato, ya no tienes que esperar 90 días a que te paguen”, explica Muciño.
El factoraje provee de dinero a las pymes y les permite tener el flujo de caja necesario para seguir operando, porque la mayoría no tiene los recursos necesarios para esperar a que pase el plazo en el que las empresas grandes –de 30, 90 hasta 180 días– suelen pagar sus cuentas.
En general, la cartera de factoraje en México es una cartera muy sana, ya que es menos de 1% lo que no se paga de estas cuentas, según datos de la Asociación Mexicana de Factoraje Financiero y Actividades Similares. El volumen de operación registrado por factoraje en 2016 en el país fue de 472 mil 535 millones de pesos, según esta misma asociación.
Hay dos tipos de factoraje, sin recurso y con recurso (también se le llama pignoración). En el primero el banco o la institución financiera se encarga de cobrarle la cuenta a la empresa a la que la pyme le proveyó el servicio. En el segundo también, pero en el caso de que la empresa caiga en impago, la pyme es responsable solidaria, es decir, que la compañía que pidió prestado tiene la responsabilidad compartida de la deuda.
“Tú como empresa le das tu cartera de clientes, que para ti es muy valiosa, la empresa de factoraje la evalúa, te da una cantidad y se usa esta cartera como garantía”, explica Ángel Méndez, especialista en negocios de la Universidad La Salle.
¿De dónde obtienen recursos las empresas de factoraje? La Asociación Mexicana de Factoraje Financiero lo explica: “Por regla general el cliente no recibirá el importe total de los documentos cedidos, toda vez que la empresa de factoraje cobrará un porcentaje por la prestación del servicio, de esta manera, esta empresa ofrece liquidez a sus clientes para que éstos hagan frente a sus necesidades y obligaciones”.

Pregunta

Si la empresa a la que le vas a vender no está dada de alta ante la banca de desarrollo, probablemente esté registrada en alguna institución financiera, ya que maneja su propia plataforma de factoraje. La recomendación es preguntar a la compañía de la que la pyme se va a volver proveedora si maneja su propia línea. Si es así, el procedimiento es muy similar. Si tu empresa factura más de 100 millones de pesos anuales, es posible tramitar una línea de factoraje propia. explica la especialista de la Asociación.
Pero el factoraje también puede convertirse en un requisito para que puedas prestar el servicio. Si las empresas a las que les ofreces servicios suelen tardar mucho o no pagarte, tú puedes considerar el exigir su inscripción en una cadena de factoraje, de esta manera estarás garantizando tu propio pago. “Muchas veces estas empresas son grandes y no tendrían problema en sacar una línea propia de factoraje, así en el que en el momento en el que tu empresa facture, suba su documentación y obtenga su dinero. Es muchas veces una cuestión de cultura financiera”, explica la especialista. Por desgracia, la cultura financiera no es una constante en este país y a veces el que las empresas estén registradas en estas líneas se ve limitado debido a que los papeles de la empresa no están completamente en orden.
En muchas ocasiones la falta de pago a las pymes se da debido a que ellas están al final de una cadena de servicios, sin embargo, el proyecto está ligado a alguna dependencia de gobierno, la cual sí tiene sí tiene una línea de factoraje, explica la especialista. Aquí radica la importancia de preguntar no sólo a la empresa directa a la que se le ofrece el servicio, sino tener conocimiento de toda la cadena de la que se forma parte.

¿Tienes cartera vencida?

El que las empresas de factoraje compren deudas atrasadas o de difícil cobranza no es más que un mito. Estas instituciones sólo trabajan con cuentas corrientes, es decir, con aquéllas que sí permiten hacer ingresos y disponer de dinero de forma inmediata.
Si tienes cartera vencida, entonces lo que necesitas es tocar en otra ventanilla, no la de una empresa de factoraje. “Las instituciones de factoraje nunca van a comprar problemas. Muchas personas creen que las cuentas que no se han podido cobrar se pueden llevar a una empresa de factoraje pero no es así”, explica el especialista en negocios de la Universidad La Salle.
En estos casos, la recomendación es contratar despachos de cobranza, los cuales se encargan de comprar deuda a una tasa mucho menor. “Ya los abogados intentarán cobrar como sea ese dinero pero es muy diferente al factoraje financiero”, asegura Ángel.

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