IMPULSO/ Edición Web
Bangkok
Más de 20 personas resultaron heridas en la explosión de una bomba de poca potencia en un hospital de Bangkok, capital de Tailandia, este lunes, en el tercer aniversario del golpe de Estado militar. “Según los primeros elementos de la investigación, puedo decir que se trata de una bomba (…).
Hay más de 20 heridos”, declaró en el hospital, ante la prensa, Srivara Rangsibrahmanakul, alto responsable de la policía.
“Al parecer estaba en un paquete”, indicó Srivara, que añadió que se encontraron “pilas y alambres” en el lugar.
Según los medios locales, el artefacto explotó en la farmacia del hospital, provocando una oleada de pánico y llenando de humo los pasillos, aunque solo causó daños leves. La policía afirmó que el hospital no había sido evacuado, mientras que el personal de urgencias del Erewan Rescue Centre señaló que 24 personas habían resultado heridas.
La clínica, ubicada en el centro de Bangkok -King Mongkut Hospital- da servicio a miembros de las fuerzas armadas de Tailandia, retirados o en activo. La explosión coincidió con el tercer aniversario de un golpe de Estado que llevó a los militares al poder, limitando enormemente las libertades civiles y amordazando cualquier forma de oposición.
La policía está en busca de los sospechosos de otras dos pequeñas explosiones ocurridas en las últimas semanas, aunque la información proporcionada sobre los artefactos y los supuestos sospechosos era confusa. El lunes pasado, una pequeña bomba de fabricación casera explotó junto al Teatro Nacional de Bangkok, muy cerca del Gran Palacio.
El jefe de la policía de Bangkok declaró que la explosión había sido causada por una cañería rota, aunque luego se desdijo cuando otros oficiales afirmaron que se debía a una pequeña bomba artesanal. Desde el golpe de Estado, los actos de violencia política, muy habituales en la última década, han persistido, aunque la paz se ha impuesto enormemente, a través de medidas represivas.
Las manifestaciones públicas y las reuniones políticas están prohibidas y los críticos y disidentes suelen ser arrestados, acusados de sedición, de violar las órdenes de la Junta en el poder o de violar la draconiana legislación contra la difamación de la monarquía. Jornada.unam.x