IMPULSO/ Miguel Á. García
Toluca
El compás de la música como verdugo. La armonía que devora el silencio, el silencio como guardián celoso del sonido y sus dimensiones… siempre exactas aún en su anarquía. Esas son las voces que vibran del movimiento rebelde e incesante de la batuta del maestro Gerardo Urbán y Fernández acompañado por la Orquesta Filarmónica de Toluca. Este domingo deleitaron a tres mil personas que abarrotaron el Teatro Morelos, en la capital mexiquense para escuchar la cantata a “Carmina Burana”.