IMPULSO/* Luis F. Canudas
¿Por qué todo el mundo rechaza la Ley de Seguridad Interior?
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en periodismo y comunicación colectiva, así como en ciencia política y buen gobierno, desde el semestre uno, aprendes que la información por sí misma no es importante, sólo es una nota, pero la recolección de la información, aun de fuentes abiertas, genera un perfil, genera una tendencia.
EL CISEN en México no funciona, al menos no con los resultados esperados. Herrera Valenzuela señala: “El Estado Mexicano tal como si fuera STAR WARS ‘The Empire Strikes Back’, sólo reacciona”, en sus palabras: –sólo contra-ataca–. Inteligencia significa ir un paso adelante, no uno atrás.
El caso es que la tarea de Inteligencia para Seguridad Nacional, inteligencia en este contexto no significa otra cosa que la recolección, organización, análisis, diseminación de la información sea de fuentes abiertas o la que le interesa al Estado Mexicano, la que es ‘underground’, cualquiera, si, cualquiera que le permita poder lograr un producto terminado y entregar algo bien elaborado a un tomador de decisiones que le permitan tener ventaja.
Entonces, ¿dónde está el informe primario al C. Presidente de la República para que pueda tomar una decisión anticipada? En un ejercicio de prospectiva tendrían que advertir al Presidente Peña Nieto que esta ley de seguridad interior solo le va a restar decibeles a su ya muy maltrecha imagen.
A este momento la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ejerce una verdadera postura de Órgano Constitucional Autónomo y convoca a la sociedad a contener, que no se siente correctamente representada por los diputados y al igual que en el temblor, comienza un rechazo avasallador y abrumante.
Ahora bien, esto lo único que genera otra vez es la incomodidad que siente el Ejercito de tener a los gobernantes que tenemos. Es cierto, se han cometido errores, los militares no están exentos de tener claro-oscuros. Pero son un segmento especifico de la población cuyos dirigentes –Generales de Estado Mayor, Diplomados, Brigadieres, Coroneles, Mayores, Tenientes, y cabos han sido entrenados y capacitados, si, para amar a su país.
Que poca memoria tenemos. Se nos olvida que todo el siglo XIX está perdido en el tiempo por una lucha intestina, si, entre militares. Y la mitad del siglo XX también. Así se fueron traicionando y matando unos a otros, hasta que ellos mismos entendieron para lo que fueron creados, su real existencia.
Ellos, los militares, entregaron el poder político al primer Presidente Civil Mexicano en el siglo XX. Allí está la entrega recepción de Cárdenas-Alemán.
La Ley de Seguridad Interior, le comentaba, es una churrada, es así porque no es necesaria. Investigadores del CIDE, a los que para poder contener han dado contratos de investigación, pues han dejado en el olvido a la escuela de formación de cuadros -el INAP-, en donde el que esto suscribe se ha capacitado, hacen un llamado fuerte para contener la postración de los senadores, pues la ley juega con etiquetas y se llama seguridad interior a lo que no es, ya que el tema es de seguridad pública.
En 100 años, desde la promulgación de la Constitución de 1917, el Secretario de Gobernación nunca se rajó y entregó la estafeta al Ejército. Por ello debemos recordar a grandes Secretarios del Interior, es decir, de los asuntos internos de la relación del Estado Mexicano con las organizaciones sociales, no de la relación del ejército mexicano con las organizaciones sociales. Secretarios como Don Jesús Reyes Heroles o bien, si usted me lo permite al Licenciado Fernando Gutiérrez Barrios. Personajes ilustrados a resolver los conflictos con todo, menos con dinero, o por ejemplo: ¿Quién no recuerda a Mario Moya Palencia? con su excelente francés incapaz de decir: “he volvido”.
El caso es que a estos personajes de lo que menos carecían era de personalidad y a quien se atrevía a interferir con la estabilidad del Estado Mexicano en verdad le comenzaban a temblar los entre pliegues.
Pero esta circunstancia tiene Padre y es un chino. El Chino se encargó de convencer al Presidente Peña Nieto de fusionar la Secretaría de Seguridad Pública y subordinarla a la Secretaría de Gobernación. Doctrinariamente esta no era una mala idea pero si una ineficiente capacidad para desarrollarla. Entonces enfilaron sus mulitas en otra dirección, con lo que queda de Plataforma México en lugar de perseguir delincuentes organizados y desorganizados comenzaron a perseguir, intimidar e interferir a todo aquel que equivocadamente se consideró enemigo. El espionaje siempre ha existido, repito enfilaron de manera equivocada sus mulitas y periodistas y políticos han sido el target, como quedo documentado por el New York Times (https://www.nytimes.com/es/2017/06/29/mexico-espionaje-pegasus-pan/).
Finalmente, la competencia de origen en el Presidente de la Republica en este País, aun en el más burro que usted considere a lo largo de la historia – no lo estoy preguntando -, jamás se ha cuestionado.
Basta con que en término de las facultades y atribuciones con las que sí cuenta, se lleven a cabo todas las cuestiones de la referida ley de seguridad interior. En México se puede gobernar a punta de decretos, pero también de oficios. Es la Administración. [email protected]
* M. en D. Constitucional y Amparo, especialista en Inteligencia para la Seguridad Nacional. INAP