IMPULSO/ Agencia SUN
WASHINGTON, EU
Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York convertido en abogado personal y feroz escudero de Donald Trump, tiene una imagen de hombre turbio de negocios ocultos.
Su figura se ensombreció más al aparecer en el centro del escándalo ucraniano que está impulsando el más serio esfuerzo de impeachment contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Peor aún con la detención, este jueves, de dos de sus socios cuando estaban a punto de volar al extranjero con un billete de solo ida a Viena, Austria.
Los dos hombres arrestados, Lev Parnas (nacido en Ucrania) e Igor Fruman (originario de Bielorusia), dos empresarios de Florida, están acusados de cuatro delitos federales, entre ellos violación de financiación de campaña y falsificación de documentos, cometidos a través de una “estafa” que permitía que dinero extranjero fuera entregado a candidatos a elecciones en EU. Ambos están representados por John Dowd, exabogado de Trump; se trata de las primeras detenciones y acusaciones criminales relacionadas con el escándalo de Ucrania.
“Esta investigación es sobre comportamiento corrupto y violación deliberada de la ley”, aseguró William Sweeney, jefe de la oficina del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Nueva York.
Según el documento de la acusación, ambos “conspiraron para eludir leyes federales contra la influencia extranjera con un complot para canalizar dinero extranjero hacia candidatos a nivel federal y estatal, para que así los acusados pudieran comprar influencia con los candidatos, las campañas y los gobiernos de los candidatos”.
En ese sentido, aseguran que como parte de ese complot jugaron “papeles clave” en el esfuerzo de Giuliani de investigar una posible corrupción de exvicepresidente y aspirante demócrata Joe Biden en Ucrania. Según la fiscalía, Parnas habría presionado a un excongresista republicano, que según los medios locales era el texano Pete Sessions, para que influyera para despedir a la por entonces embajadora de EU en Kiev, Marie Yovanovitch. Y lo logró. Yovanovitch, según lo revelado por el agente de inteligencia que destapó el caso de Ucrania, fue obligada a dimitir al no aceptar presionar al gobierno ucraniano a cambio de investigar trapos sucios de Biden.
Se espera que la exembajadora declare este viernes ante la Cámara de Representantes en el marco de la pesquisa hacia el impeachment.
La investigación sigue acelerando su curso. La oficialización, por parte de la Casa Blanca, de que no va a colaborar, obligó a los demócratas a endurecer el tono y preparar y emitir citaciones obligatorias de comparecencia, incluyendo a Parnas y Fruman, además de Giuliani. También se exigió al secretario de Energía, Rick Perry, presentar documentos ligados con el caso.
Mientras, la opinión pública cada vez se mueve más a favor del proceso de destitución. La más reciente encuesta, de la radiotelevisión pública de EU, elevó a 52% la cifra de estadounidenses a favor de la pesquisa del impeachment, tres puntos más que hace sólo un par de semanas.