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Especialistas del IPN crean cuchara comestible

IMPULSO/ Edición Web
México
Especialistas del Instituto Politécnico Nacional diseñaron una cuchara a base de salvado de arroz que es comestible y nutritiva, pero que también, de no ser ingerida se degrada en dos meses, así, este producto atiende la salud de las personas y es amigable con el medio ambiente.

El investigador del IPN, Adrián Quintero, explicó que la producción de estos artículos busca ofrecer un producto de alto valor nutritivo que además sea sustentable con el medio ambiente.

En la actualidad, dijo, la preocupación de la comunidad científica debería estar centrada en la solución de problemas y la cuchara atiende el aspecto del cuidado a la salud y de la sustentabilidad ambiental.

“Tenemos que pensar en recomendaciones dietéticas que sean sostenibles, es decir, dar una dieta sana pero pensando que esta dieta no vaya a producir efectos negativos en el ambiente”, añadió el especialista del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Centro de Investigaciones del IPN, del departamento de Nutrición y Alimentos Funcionales.

Así, expuso que los especialistas consideraron al salvado de arroz por ser un subproducto poco aprovechado y utilizado para alimentación animal, aunque tiene propiedades nutricionales con proteínas, grasas y aceites monoinsaturados, antioxidantes hidrofílicos y lipofílicos, sumado a que cuenta con estudios internacionales que avalan efectos positivos en la salud de las personas.
El proyecto, que está en una fase inicial, colabora con alrededor de cinco molinos que trabajan con arroz del tipo Morelos que ya tiene denominación de orígen y que ofrece propiedades nutricionales superiores a otros arroces debido a las condiciones agrícolas y climatológicas en las que se cultiva.

Sin embargo, expuso Quintero, ante el ingreso de estos granos de origen asiático y estadounidense, que son más baratos, los productores de arroz en esa entidad disminuyeron su producción, por lo que se trata también de reactivarla.
La elaboración de la cuchara, dijo, es solo la primera parte del proyecto y se ha pensado en elaborar otros utensilios de cocina que sean comestibles, biodegradables con un tiempo de reintegración a la tierra de unos dos meses, en caso de no ser ingeridos.
La cuchara no solo ofrece un agradable sabor, sino resistencia al calor y soporte; los procesos para elaborarla consisten en la integración del salvado con otros ingredientes que le ofrezcan mayor flexibilidad y resistencia; luego, se forma una especie de masa que pasa por una prensa, posteriormente pasa por un molde y después se hornea.
Lo que sigue, dijo, es hacer la evaluación del producto que podría atender las demandas de un mayor volumen de personas que buscan productos amigables con el medio ambiente pero que también ofrezcan un alto valor nutricional.
En ese sentido, precisó que se observa una relación estrecha entre la aparición de enfermedades como el cáncer con la ingesta de productos muy elaborados, por lo que la recomendación de diversos organismos internacionales de salud es volver a lo natural.

“Por el desarrollo social y la cantidad de población que tenemos es más complicado pero hacia allá tenemos que ir”; sin embargo, señaló que aún falta mucho por hacer en cuanto a la generación de una conciencia colectiva respecto del cuidado de su propia salud y del medio ambiente, por lo que es necesario trabajar en este sentido; se trata de educación pero también de consciencia medioambiental.
En tanto, la especialista de la institución parte de este proyecto, Guillermina González señaló que la cuchara busca ser rentable para que pueda competir con los productos actuales debido a que la población se guía por el costo económico, así que también se piensa en la manera de hacerlo competitivo.
Quintero acotó que si bien la población en general cuenta con un poco de más consciencia aún existe una buena demanda por productos plásticos más asequibles, y aún cuando muchas personas buscan migrar a un estilo de vida más sustentable muchas veces no cuentan con los medios para hacerlo.
El proyecto, que tiene unos nueve meses trabajando en numerosos pruebas para desarrollar la cuchara, espera su conclusión en unos dos años y lo que sigue es realizar los procesos de evaluación; aún cuando se ha recibido todo el apoyo del IPN, se buscan alianzas con la iniciativa privada para así lograr comercializarla.
Investigadores elaboran cuchara de arroz
En su oportunidad, el profesor y especialista parte del proyecto, Javier Villanueva, abundó que este tipo de iniciativas podrían ser trabajadas de manera multidisciplinaria para ver mejores resultados y que además atiendan las soluciones que el país necesita, “problemas reales con soluciones que den efectividad a las situaciones que se observan en el país”.
Añadió que la población mexicana enfrenta un problema real de salud, en específico, de obesidad, por lo que la cuchara atiende este aspecto, aunque en realidad articula beneficios para toda la cadena de valor, ya que beneficia a los productores de arroz en Morelos y ofrece oportunidades de desarrollo económico para varios sectores.
“Aquí está toda la cadena alimentaria, los productores, los distribuidores, los manufactureros incluso desde el punto de vista de comercialización, esa fase también habría que llegar a ella pero es necesario un mayor esfuerzo combinado”, señaló. ALTONIVEL