IMPULSO/Luis Ángel Sánchez R.
Artículo
Algo sobre la Guardia nacional ó, “lo que no deja dejarlo”…(Segunda y última parte).
A través de los medios de comunicación masivos, principalmente la radio, el Congreso legislativo mexicano está convocando ya a una forma de consulta abierta a la sociedad, con respecto a la formación de la guardia nacional, con lo cual va “tomando forma” la idea de nuestro Presidente en lo que se refiere, precisamente a sustituir o complementar, según se quiera ver, a las policías del país en los estados, es decir, las policías estatales y las municipales en los Ayuntamientos.
Queda claro que la medida ya se inició, ya se echó a andar, y aunque queda la posibilidad de que la mayoría de la población se vuelque a través de las instituciones a rechazar o simplemente no aprobar la propuesta “lopezobradorista” de crear una Guardia Nacional, con integrantes de la Marina, del Ejército y de la policía federal, así como de los ciudadanos que lo deseen –y que cubran el perfil requerido, por supuesto-, porque las policías estatales y municipales están demasiado corruptas, grangrenadas o contaminadas, vaya no funcionales para contrarrestar el desborde de violencia y corrupción que vivimos en México, todo indica que la acción se realizará y el Congreso adecuará la Constitución mexicana y cuanta ley reglamentaria sea necesario para concretar la idea del Presidente hasta el grado de poder “contrarrestar” a los malos elementos de las policías con “buenos” elementos, es decir, su némesis, “los buenos que sustituirán los malos, pues”.
Sin embargo, es de destacar que dicha medida está dejando de tomar una realidad en consideración o simplemente está dejando de considerar una parte muy claramente existente en la realidad ante el público mexicano: ¿Y los policías malos…los corruptos…se les va a correr, encarcelar, desaparecer o simplemente coexistirán con sus contrarios y con los elementos del crimen organizado –y también del desorganizado-?
Que quede muy en claro, no es con el fin de criticar por hacerlo, esto es, de manera estéril, que hago este planteamiento, sino muy por el contrario, es como un planteamiento al lector, por un lado, por ser un espacio periodístico, pero también es una propuesta al Presidente de la República a través de un medio periodístico como cualquier otro y va en el sentido de, en efecto, no dividir a los mexicanos en buenos o malos. Es decir, los policías ya existentes significan y son una inversión del Estado mexicano y por tanto son parte de su infraestructura, pero además ya están entrenados y vinculados con lo que se refiere a la actividad policíaca y de seguridad, correrlo y evidenciarlos sería únicamente una forma de engrosar las filas del crimen organizado o desorganizado, es decir, del crimen formal, por lo que si la intención es imprimir el toque militar es decir los valores de la-nuestra milicia al servicio de seguridad, bien vale militarizar a la policía en todos sus ámbitos de existencia y acción ya que si bien es cierto que bien y con verdad reza el dicho: “lo que no deja dejarlo”, y las policías, desde cierta óptica no dejan nada bueno, también es cierto que son una realidad que no se debe desechar como si no fuera real.
Cierto, la inclusión de la población en las decisiones de gobierno es valiosa para la ciudadanización de nuestro pueblo, tema nada menor y si de gran importancia, pero de obligada atención es la aportación de los conocedores del tema en cuestión, y para ello las instituciones universitarias en México, tienen mucho para dar, desde la UNAM hasta los más modestos centros de investigación sobre el tema, vaya…”zapatero a tus zapatos”…¿No?
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