Julio 16, 2024
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ENTRE VISIONARIOS Y VISIONUDOS.

IMPULSO/Luis Ángel Sánchez R.

Algo sobre la guardia nacional ó “lo que no deja dejarlo”…

Artículo

(Primera de dos partes)

Según se sabe, el 2019 verá el nacimiento de la “Guardia nacional mexicana”, como le nombró nuestro Presidente, lo cual si bien resulta debatible y hasta controversial por ser un tema harto complejo y sensible, ya no sólo sugiere sino obliga a algunas reflexiones al respecto, iniciando por cuestionar qué ocurrirá con las policías tanto federal como de los estados y municipios, porque al final de cuentas son una fuerza real de poder en las urbes, ya para bien ya para mal de la sociedad.

Queda claro que el señalamiento que hiciera el titular del Ejecutivo Federal hacia dichas corporaciones en el sentido de que se encontraban gangrenadas por la corrupción y ello obligaba –obliga- a mantener en las calles al ejército y a la marina mexicanos son,  por decir lo menos, lapidarias, independientemente de que se esté o no de acuerdo e incluso de que las cifras respectivas coincidieran con ella o no, porque al final de cuentas, lo que obliga a la atención del colectivo y en especial de las autoridades, insisto, es que los policías, corruptos o nó son grupos armados y entrenados a los que, de retirarles del cargo, se les podría “desarmar” y quitar el uniforme pero: ¿…y el entrenamiento, los contactos, la forma de vida…Cómo?

El tema de ninguna forma es menor, muy por el contrario, porque estamos frente a una realidad que si bien no es nueva  y ya es parte más que enquistada de nuestra cultura popular, tampoco puede ser aceptada como algo que simplemente ahí está y…”ni modo”…pero tampoco se podría –ni debería- atacar como si simplemente no “pasara nada” al hacerlo. Es decir, de por sí ya se cometió un gravísimo error al confrontar a las fuerzas armadas contra el crimen organizado y también, tal cual, contra la parte corrupta de las policías y del sistema político-administrativo y hasta jurídico del país, porque lo que evidenció –evidencia- fue-es la clara incapacidad de resolver un problema con los elementos del problema mismo, es decir, de corregir la actuación de las policías con las policías mismas, desde dentro de las corporaciones policíacas ya sea por falta de elementos reales y efectivos de conocimiento actuación y, por supuesto, voluntad de resolver;  por una simplista y hasta obscena postura de los gobernantes ó, como  dice el “vox populi”, por defender intereses criminales, pero el caso es que ya se formaron dos grupos armados que se suman a los del crimen organizado, esto es, las fuerzas armadas y las policías, surgiendo de ello algo a resaltar con un mórbido y hasta macabro humor:  el único desarmado en este “juego” de policías y ladrones, de “buenos contra malos”, de “corruptos contra no corruptos”, es el ciudadano que está en medio de tres líneas de fuego, la de los delincuentes –organizados o no-, la de los policías corruptos y la de los elementos de las fuerzas armadas que “pelean” contra los delincuentes con y sin uniforme…y lo mejor, el ciudadano es el que paga todo el “jueguito”, pero no puede usar armas…ahora si que “el dueño del carrito va en la tabla”…¿No?…