IMPULSO/Luis Ángel Sánchez R.
Artículo
“Muerto el Rey…viva el Rey”.
De todo lo que nos ha tocado ver como opinión pública en estos últimos tiempos, en lo que se refiere específicamente al cambio de régimen en el gobierno –léase: del priísmo a la era de AMLO-, quizá lo más icónico fue lo visto en la reunión del ya Presidente electo y el Gobernador del Estado de México el pasado miércoles, quedando como especial recuerdo para la historia aquello de “NO HAY PLEITO Y SÍ ARMONÍA PARA TRABAJAR”.
Y es que si se ve con objetividad, la estrategia seguida por el Presidente López Obrador para terminar de tomar las riendas del gobierno mexicano, tanto de forma como de fondo, es la correcta aunque tal vez no para todos la deseable, ya que en términos de objetividad y deber ser, lo que importa para cualquier sociedad es el funcionamiento del sistema de vida, en este caso para el pueblo mexicano, claro está, con una nueva ruta de crecimiento y efectiva evolución en todos los órdenes del desarrollo del colectivo, aunque más de uno se hayan quedado con el ansia de que “alguien” pagara ante la opinión pública por los excesos que tanto han afectado –afectan- a todos, pero es de insistir, en términos de lo realmente deseable, de lo que debe ser a partir tanto del sentido común como del conocimiento objetivo, lo que realmente importa es, en efecto, seguir trabajando, como sugiere “Andrés Manuel” –como la mayoría le llama al Presidente electo-, tanto porque en eso consiste la vida misma como porque con ello se activa la vida de todos y cada uno, causa y fin del estado mismo.
De hecho, ante la estrategia “pacificadora y armonizadora” del próximo titular del Ejecutivo mexicano, se antoja obligado citar un anécdota que cuentan algunos que aseguran haber estado muy cerca del expresidente Salinas de Gortari, consistente en que éste, como admirador de la más icónica obra de Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”, recomendaba con ahínco a sus allegados que reflexionaran en torno a su contenido, ya que ahí encontrarían mucho del conocimiento necesario para desarrollar con maestría “el arte de la política”, según llaman muchos a la actividad de gobernar o administrar un gobierno, según se quiera o pueda ver. Incluso, cuentan algunas voces que se dicen autorizadas al respecto, el ex presidente Salinas recomendaba con tono de indicación, la lectura de dicha obra a quienes aspiraran a seguir por los caminos del poder, en especial desde las posiciones del gobierno.
En fin, dicho anécdota llama profundamente la atención y cobra mayor vigencia, porque si algo refiere la obra citada, cuando toca el tema de cómo tomar las riendas de un feudo o principado que se recibe en forma de “herencia”, o al menos que se “conquista”, no necesariamente por la fuera, refiere –Maquiavelo- que ello debe ser en un ambiente de continuidad armónica, tanto para no “resquebrajar” el ambiente mismo como para en efecto propiciar la mejora pero a partir de la continuidad y no de la inmovilidad que conlleva el conflicto…¡Hasta parece que alguien en el nuevo régimen coincide con lo afirmado por Maquiavelo – aunque claro… puede ser mera coincidencia-…lo cierto es que sí se ve aquello de MUERTO EL REY…VIVA EL REY…!
