IMPULSO/ Luis Ángel Sánchez R.
Ante el Miami del Castro de hoy
No destrabada la negociación entre Cuba y Norteamérica por el embargo económico de los “yanquis” sobre la isla, es de recordar aquella cinta ochentera titulada en inglés “Scarface”, protagonizada por Al Pacino y Michelle Pfeiffer, en la que se ilustra ampliamente el “fenómeno bananero” y sus consecuencias en Norteamérica y América Latina, vaya… “historia actuada”.
A finales de los setentas y entrados los ochentas, estaba a todo lo que daba el embargo económico de Estados Unidos sobre Cuba, luego de que Fidel Castro y el Ché Guevara encabezaron una revolución triunfante que expulsó a los gringos y europeos con todo y sus capitales e ideologías capitalistas (eran tiempos del comunismo y el socialismo…y las boinas con una estrella roja, incluso del rock and roll y la Mafia; para entenderlas mejor, vea “El Padrino II”).
Para ese entonces –ya en los ochentas-, Fidel Castro decidió abrir las fronteras de la isla, para que todos cuantos lo quisieran buscaran concretar el sueño americano, tan de moda siempre, pero más en esos entonces y con mayor presencia en Cuba y en todo el mundo socialista; mientras que, como una muestra de “buena voluntad”, el Gobierno estadounidense acogió a los refugiados cubanos que llegaron esos botes que comúnmente usaban en su tierra para recolectar bananas –de allí el “fenómeno bananero”-; sin embargo, el interés que realmente subyacía en la maniobra de Castro era inundar al territorio gringo con lo más violento y polucionado de su sociedad, ya que la gran mayoría de los migrantes fueron sacados de las cárceles cubanas y enviados a “poblar” el territorio norteamericano, lo que no deja de resultar paradójico, mientras que fue la misma estrategia que utilizó el pueblo norteamericano con el cubano y gran parte de los demás del Mar Caribe y así mismo el imperio inglés, en la edad media, para conquistar y colonizar a la vez a Escocia…la fórmula volvió a funcionar.
Sin embargo, luego de casi treinta-cuarenta años, siendo Miami, como el resto del mundo, ya muy diferente, Castro se enfrenta nuevamente al Gobierno norteamericano, aún luego de lo imposible que visualizaba el guerrillero, ello como para que hubiera nuevamente diálogo entre ambos gobiernos.
Lo cierto del tema es que la liberación del embargo económico norteamericano que pesa sobre Cuba necesitará nuevas y mejores alternativas que las vistas hasta ahora porque, al igual que en las películas sobre el tema, los finales que auguran no se antojan.
