IMPULSO/ Luis Ángel Sánchez R.
Listos para la carrera de motos
La máxima corte de justicia de la nación concedió a cuatro mexicanos el consumo y cultivo de marihuana “con fines recreativos y lúdicos”; luego de ello, el presidente Peña Nieto dio la bienvenida públicamente a debatir al respecto.
Sin embargo, dicen las lenguas chocarreras que ya viene la celebración de la apertura al uso libre de la marihuana y –aseguran- algunas drogas más.
Según voces extraoficiales, que no por ello son poco confiables o menos dignas de tomarse en cuenta, la celebración de tan importante suceso será con “una carrera de motos de México a Marte y los competidores no contarán con seguro alguno, esto es, si se quedan en el viaje, se quedaron”.
Objetivamente, la medida resulta, más que de visionarios, de visionudos, puesto que permitir el uso de la marihuana, para algunos, obliga a considerar dos aspectos fundamentales por sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo –y para eso no se requiere ni un doctorado ni el reconocimiento oficial, sino el básico sentido común-: por un lado, si se le permite a unos el uso de la marihuana, debe permitírsele a todos, según el espíritu esencial del Derecho, que no establece reglas sólo para unos, en pocas palabras –como dice el sabio dicho popular- o todos coludos o todos rabones”; y por otra parte, sin duda que todo el sistema del Derecho mexicano, desde la estructura conceptual hasta la infraestructura que lo opera (las leyes y sistema de procuración e impartición de justicia), debería de haberse adecuado primero a dicha medida y no después o bien, irse adecuando pero a la de yá, porque de lo contrario, no son pocos los escenarios y casos previsibles que caerán den gravísimas contradicciones y conflictos.
Un supuesto más que probable, previsible; supongamos que ya con el amparo de la justicia federal, un individuo que consumió marihuana decide conducir un auto y por accidente mata a un transeúnte o varios, vaya, comete un homicidio, qué hará el Juez, considerar que estar bajo el influjo de la marihuana ya no se tomará como un agravante porque cuenta con permiso para ello; es más, ése mismo individuo supuesto, al ser sorprendido por un agente de tránsito en alguna falta al conducir, ya será sancionado porque le ampara la justicia federal.
Sin duda que el tema es muy complejo y obligado a atender por especialistas en las ramas del conocimiento, en especial del Derecho, aunque coincido con el titular del Ejecutivo mexicano en cuanto a la importancia del debate tanto público como de especialistas, en tanto que ese debate de verdad genere decisiones a partir de veracidades y no ocurrencias u opiniones porque, al final de cuentas, todas las opiniones son válidas, pero no todas cercanas a la verdad.