Octubre 7, 2024
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Entre Visionarios y Visionudos

IMPULSO/ Luis Ángel Sánchez R.

Como a uno de tantos mexicanos

Como a uno de tantos mexicanos me dejó la marcha que realizaron el miércoles pasado los “profesores” de la CNTE en la capital mexiquense: indignado por la vejación que conlleva este tipo de actos y por lo exasperante que resulta que las autoridades no hagan nada contundente al respecto.

 

Y es que tal vez lo que más molesta a quienes no estamos inmersos en el “negocio de la política”, es que queda claro que el tema de los profesores (de ninguna manera Maestros, ni por grado académico ni por simpatía), que protestan por algunos de los efectos de las reformas estructurales en materia de educación pública que impulsa el gobierno federal, es un tema de carácter eminentemente político y en realidad de políticos, donde los ciudadanos que estamos fuera de ese ambiente de la lucha por el poder somos los únicos que pagamos tanto “los platos rotos”, como “a quienes están rompiendo los platos”.

De hecho, algo de verdad indignante para reflexionar es que los recursos que mantienen a este poderoso grupo de presión política surgen de los impuestos, en tanto que su función es servir a algún o algunos intereses de la cúpula del poder, pero totalmente ajeno a quien le mantiene económicamente, que es la ciudadanía que paga-mos con el dinero que producen nuestros impuestos corrientes, es decir, por lo que todos pagamos por el simple hecho de adquirir productos o servicios cuyo costo incluya el impuesto al valor agregado (IVA); pero no solo ese tipo de impuestos, sino también el producto de ese diez y seis por ciento que Hacienda cobra a todo aquel que factura por generar recursos, no como la delincuencia organizada sino ingenuamente.

Ahora que si a eso se le añade la constante vejación que está viviendo nuestro estado de derecho, en tanto que las transgresiones que los autollamados “profesores disidentes”, realizan constantemente a terceros que también son ciudadanos e insisto, pagan-mos impuestos, y ninguna autoridad ha hecho, hace o está haciendo algo al respeto, para salvaguardar la seguridad integral de la mayoría de los ciudadanos y no el derecho perversamente defendido a la libre manifestación; si a eso se le añade lo anterior y el sometimiento de la dignidad del colectivo social, lo que realmente indigna es seguir pagando impuestos para mantener a esos forajidos que se dedican al negocio de la política, sin beneficios reales para el colectivo social que, es de insistir, objetivamente, es el principio, causa y fin de la existencia del Gobierno, instituciones y personajes.

 
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