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IMPULSO/ Eliseo Lugo Plata

¿Estorban los ancianos?

ORIENTE: Christine Lagarde, presidenta del Fondo Monetario Internacional, al participar en el reciente Foro Económico de Davos, vuelve a ser polémica, pero al parecer muy real en sus apreciaciones sobre el crecimiento económico mundial.

Ha mencionado que la economía está viviendo una evolución y una transición que está llena de baches, por lo que será “necesario acostumbrarnos, ya que es un evento normal”.

Creo que en México no vamos a tener que preocuparnos mucho por esos baches, pues ya estamos acostumbrados a ello, y para nada nos espantan las declaraciones de la señora Lagarde.

Entre otras cosas, la presidenta del FMI ha señalado que el crecimiento mundial para el 2016 será modesto y desigual. Esta modestia, dice Lagarde, será del 3.4 por ciento, pero que se compondrá en el 2017, creciendo 3.6 por ciento, es decir, dos míseras décimas.

Esa desigualdad de la que habla es, por ejemplo, que China podría crecer en su PIB en un 6.9 por ciento, igual que el año anterior, mientras que América Latina “se contraerá 0.3% este año, al igual que en el 2015, cifra menor a la prevista en el informe presentado en octubre por el Fondo Monetario Internacional, donde fijaba un crecimiento de 0.8%, una revisión a la baja de 1.1%”. Asimismo, la entidad prevé que la región mejore en el 2017 y “crezca 1.6%”.

OCCIDENTE: Derivado de un informe presentado por el Fondo Monetario Internacional en el año de 2012, que señalaba el “riesgo de la longevidad” sobre las finanzas públicas, la señora Lagarde quedó pésimamente mal. Este informe lo han interpretado varios analistas de diversa forma, entre ellos, el salvadureño Sigfrido Munés, quien textualmente señala que Lagarde dijo:

“Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo ¡y ya!”.

Por esta y otras interpretaciones similares, el politólogo español Juan Carlos Monedero le hizo un reclamo a la directora del FMI: “Danos un ejemplo y muérete”.

SEPTENTRIÓN: Otro miembro del FMI, el español José Viñalez, ha querido explicar que “lo que quiso decir Lagarde” es que “si el promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el coste del envejecimiento -que ya es enorme para los gobiernos, las empresas, aseguradoras y particulares- aumentaría un 50%” en las economía avanzadas, tomando como referencia el PIB de 2010, mientras que, en los países emergentes, ese coste adicional sería del 25%”.

MEDIODÍA: Ésta es una realidad muy cruda, pues todo esto se habrá de traducir en mayores niveles de deuda pública y en una menor solvencia de las aseguradoras. Pero, más que menospreciar a las personas de la tercera edad y analizarlos como un problema, el FMI debería pensar en la puesta en marcha de programas sociales para ayudar y apoyar a quienes fueron parte del desarrollo y productividad de sus países. La propia señora Lagarde es ya una anciana.

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