IMPULSO/Eliseo Lugo Plata
Sobre la ley de periodistas
ORIENTE: Mucha controversia ha causado la Ley de Protección a la Actividad Periodística del Estado de México que se cocina en el Congreso local, y no es por su contenido, sino por la división de los propios periodistas en cuanto a sus puntos de vista.
Unos, además de diversas propuestas y cambios al documento, proponen la creación de un fideicomiso para el apoyo y fomento de la actividad periodística, esto con fondos que, por una parte, provendrían de los impuestos y otra de de los mismos periodistas que deseen ser fideicomitentes.
Otro grupo se opone a ello señalando que es un “chayo” que estaría dándoles el Gobierno y que eso no permitiría una plena libertad de prensa.
Para empezar, es necesario aclarar qué es un “chayo” o chayote en el argot periodístico.
En el año de 1966, en una gira del presidente Gustavo Díaz Ordaz por el Estado de Tlaxcala, durante la cual inauguró un sistema de riego, mientras daba su discurso, un funcionario de prensa de la Presidencia repartía sobres con dinero a los reporteros, precisamente debajo o a un lado de una mata de chayotes.
Cuando alguien preguntó dónde atendían a los reporteros, alguien dijo que debajo del chayote, desde ese momento se referían al sobre como un chayote.
OCCIDENTE: Este grupo opositor al fideicomiso, sin conocer los pormenores de su beneficio, señala que lo que ofrecería es obligación de los patrones, por el contrario, se complementa con las obligaciones que los editores tienen de acuerdo a la propia Ley Federal del Trabajo.
En cuanto al famoso “chayo”, este grupo no cuenta en su mayoría con la solvencia moral para afirmar tal cosa, toda vez que son beneficiarios directos e indirectos del propio Gobierno.
Algunos de ellos lo han recibido y otros lo han dado, algunos en especie y otros en efectivo. La mayoría que tiene empresas periodísticas (periódicos, páginas web o revistas) vive de la publicidad que dan diversas instancias de gobierno y otros se llevan jugosas comisiones de esa publicidad que genera el propio Gobierno estatal, los ayuntamientos, Congreso o la universidad.
SEPTENTRIÓN: Hay reporteros que no tienen necesidad de un fideicomiso porque cuentan con todas las prestaciones del propio Gobierno, como es el caso de los que trabajan para TV Mexiquense, no obstante, se oponen.
Otra de las características de algunos miembros de este grupo es el resentimiento social, sin embargo, en otras épocas, algunos trabajaron para el Gobierno y recibieron becas o pago de diplomados en universidades privadas.
Algunos otros hasta recibieron vehículos del Partido Revolucionario Institucional y prebendas de otros partidos, como fue el caso del PRD.
MEDIODÍA: Otros más han recibido preseas por parte del Gobierno del estado de México, las cuales incluyen dinero en efectivo, pero no han tenido la suficiente vergüenza paran rechazarlas. [email protected]