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Entre columnas

IMPULSO/ Eliseo Lugo Plata
Discursos trillados

ORIENTE: Hace 36 años, participe en mi primera campaña política como periodísta. Desde entonces, me puse a reflexionar sobre por qué los políticos, principalmente de oposición, no cambian su discurso y siguen con lo mismo de siempre.

Algunos cambiaron los paradigmas y les fue bien, como es el caso de Vicente Fox, que frente a Labastida Ochoa usó un discurso coloquial y sencillo, mientras que el priista iba a lo mismo.

Hoy, siguen con la misma cantaleta de siempre y desde luego con el sarcasmo que choca. Es el caso de Delfina Gómez, precandidata de MORENA. Ayer en Huixquilucan, criticó a los gobiernos municipales del PRI y del PAN por no dejarla usar plazas públicas para sus mítines.

La profesora sabe muy bien que a los panistas y a los priistas también se les prohíbe, pero el caso es llevar agua a su molino, situación que más que, darle adeptos, los aleja.

La señora ha señalado que “entre más crecemos, más nerviosos se ponen los poderosos; ahora, nos están negando las plazas públicas”.

OCCIDENTE: Ciertamente, MORENA ha crecido, pero no por ella, sino por Andrés Manuel López Obrador. Sus partidarios aseguran que va a ganar porque confían en el rechazo social de la gente hacia el sistema, pero lo que no saben es que el electorado es impredecible y que sus decisiones no se hacen en base a lo que ha vivido antes, sino a lo que está viviendo en el presente.

El ‘marketing’ nos enseña que si la gente que vota por algo o por alguien, es porque ese algo o ese alguien está en su mente.

La gente popular, que es la que podría votar por MORENA, lleva en la cabeza la imagen de Andrés Manuel López Obrador, y cuando llegue a la casilla, simplemente no va a encontrar la foto del tabasqueño.

Cierto es que hay un sector intelectual, de formación izquierdista y, por qué no decirlo, chauvinista que simpatiza con MORENA, pero el grueso del votante que está en la clase media se irá por el interés que tiene por subir un escalón socioeconómico, ese escalón, lo sabe bien, no es el partido del Peje.

SEPTENTRIÓN: Delfina señala que sus contrincantes están nerviosos, la verdad es que ni la pelan. Sin embargo, ésa es la actitud, según señalan los analistas políticos, de los enanos cuando crecen.

Otro ejemplo de discurso trillado es el de Óscar González Yáñez, un chofer de combi pecera en la Ciudad de México que ahora se rosa con la élite social de Los Encinos, donde viven los millonarios, y “sigue siendo representante de la clase trabajadora”.

Sus discursos van encaminados en contra de los ricos, de los poderosos y de un sistema del que ha mamado.

MEDIODÍA: Y otro loco que llama locos a los demás es un verdadero peligro, es Ricardo Anaya, líder nacional del PAN. Critica agriamente al Gobierno actual, cuando no hace mucho su partido gobernaba el país y lo convirtió en el desastre que es ahora.

Esos discursos y esas actitudes simplemente alejan al pueblo de sus intenciones, como lo está haciendo Delfina Gómez, pero, como dice el dicho, el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe.

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