IMPULSO/ Agencia SUN
Estados Unidos
En su búsqueda del sueño americano, los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos viven día a día con el miedo de ser detenidos por agentes migratorios, deportados y separados de sus familias, en especial tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
¿Cómo explicar una situación tan complicada, atemorizante y posiblemente traumática a los niños que son inmigrantes o tienen padres indocumentados? La respuesta la tuvo la artista, educadora y activista estadounidense de origen mexicano Victoria Álvarez, quien creó un cómic que busca ayudar a los pequeños a entender más sobre la deportación y la discriminación que pueden experimentar.
Esta publicación interactiva busca orientar a los niños y a sus padres para que puedan hablar sobre el tema de la deportación. A través de actividades, guía a los niños para que aprendan a reconocer, expresar y canalizar de la mejor manera los sentimientos de miedo, ansiedad y confusión que pueden llegar a sentir los pequeños. Además, incluye una sección sobre qué hacer si se encuentran con agentes migratorios.
“Fue una idea que tenía en mente, por cosas que he vivido en mi propia familia, pero también por el trabajo que he hecho como activista aquí en Chicago”, dice la artista.
Ficción para explicar la realidad, Rosita gets scared (Rosita tiene miedo) se basa en la historia de una niña que vive en Estados Unidos, pero que viene de “muy, muy, muuuuyyy lejos”. Rosita tiene problemas para adecuarse a un nuevo idioma, a una nueva cultura y al nuevo contexto en el que vive.
Un día, luego de ver cómo su vecino, el señor Vidal, es detenido por agentes migratorios, su madre le prohíbe jugar afuera diciéndole que es muy peligroso. La pequeña se asusta mucho y comienza a expresar la misma confusión y tristeza que experimentan muchos niños inmigrantes en EU.
El cómic es un excelente reflejo de los temores y traumas que sufren los niños indocumentados que temen ser deportados, no sólo porque tiene la perspectiva de una niña, sino porque está especialmente dirigido a los pequeños.
Una experiencia propia
La vida de “Vicko”, como es conocida en el mundo artístico, parece haberla conducido irremediablemente a realizar este proyecto, pues no sólo es hija de padres mexicanos que llegaron a Estados Unidos como indocumentados en la década de los 80, sino que tiene varios años trabajando como activista por los derechos de los inmigrantes y es profesora de niños pequeños.
Álvarez señala que su experiencia no sólo como activista, sino también en el salón de clases y en su propia casa, le mostró que muchas veces cuando los adultos hablan de su situación migratoria, de las redadas o de las deportaciones “los niños siempre estaban alejados, eran enviados a jugar o simplemente estaban ahí sentados escuchando, pero nadie se interesaba por hablarles a ellos, por explicarles”.
Con su trabajo con la fundación Comunidades Organizadas contra las Deportaciones (OCAD, por sus siglas en inglés) comenzó a hacer material dirigido a los niños para que la comunidad inmigrante conociera sus derechos.
“Eventualmente llegamos a la idea de un cómic. Tuve que volver a pensar tal como lo hacía cuando era pequeña y recordar las conversaciones que he tenido con niños. Soy maestra y he utilizado mi trabajo como inspiración”, apunta Vicko en entrevista para EL UNIVERSAL.
De los 11.1 millones de indocumentados que se calcula que viven en EU, alrededor de un millón son menores de 18 años. Además, se estima que del total de inmigrantes indocumentados 58% llegaron de México.
“Los niños también hablan de Trump”
Victoria asegura que los niños también hablan sobre deportaciones, el miedo a los agentes fronterizos y la separación de sus familias.
“Al estar en el salón de clases escuchas lo que piensan los niños, pero de una forma diferente. Y ellos hablan de cosas como inmigración, de Trump, de las deportaciones, pero de una manera muy propia”, afirma.
La artista de origen mexicano asegura que trató de utilizar esa manera de hablar de sus alumnos para darle una voz a Rosita en el cómic, que fue publicado a principios de agosto pasado y ha sido distribuido a casi una docena de estados, a solicitud de iglesias, escuelas, organizaciones civiles, compañías de teatro y organizaciones que proveen asesoría legal a quienes lo requieran.
“La reacción del público ha sido grandiosa, no pensé que fuera a tener tanto impacto, sólo la creé para la gente aquí en Chicago, pero, obviamente, este es un problema en todo el país”, apunta Vicko.
El miedo no los frena
Victoria, quien con su familia ha vivido de primera mano el miedo a las deportaciones, asegura que vivir con ello “es algo que te ocupa 24/7. Tenemos que estar checando constantemente cómo están todos. Si vemos algo en las noticias, si hubo una redada o algo por el estilo, llamamos a nuestros primos o nuestras tías por el miedo a que algo pudiera pasarles. Tienes que seguir con tu día con normalidad, ir al trabajo, ir a la escuela, volver a casa”, afirma la artista.
Vicko se niega a dejar de alzar la voz por la comunidad inmigrante e indocumentada en Estados Unidos. “Quiero que la gente se dé cuenta de que estamos aquí y no vamos a vivir con miedo”, asegura.