IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Cuando este martes por la tarde el dominicano David Ortiz se pare en la caja de bateo para tomar su primer turno, comenzará el principio del fin de su rivalidad en temporada con los Yankees de Nueva York.
El bateador designado de los Red Sox de Boston en repetidas ocasiones aseguró que enfrentar a la novena neoyorquina y hacerle daño con su madero “es uno de los mayores placeres que he tenido en el beisbol”.
“Big Papi” como se le conoce al dominicano es quizá el beisbolista que más han abucheado los aficionados de los “Bombarderos del Bronx” por lo menos en las últimas 10 temporadas. Recibirá un homenaje por los Yankees en el encuentro del jueves, que será el último contra los de la Gran Manzana.
El quisqueyano es uno de los peloteros más letales en contra de los Yankees, a quienes les ha conectado 53 cuadrangulares y les ha producido 169 carreras que han dolido a los fanáticos a rayas.
El primer vuela cerca que Ortiz le pegó a la novena de Nueva York fue el 1 de septiembre de 2000, cuando aún jugaba con los Twins de Minnesota. El pitcher que recibió el tablazo fue el cubano Orlando Duque Hernández, en un encuentro en el viejo Yankee Stadium.
Al comenzar su aventura con los Red Sox, mucho se habló de que en la oficina del gerente general de los Yankees, Brian Cashman, recibió un fuerte regaño por parte del dueño del equipo George Streinbrenner quien pedía respuestas por no haber contratado al hombre que en tres años con los Twins acumulaba 58 jonrones, números que no merecían remover a Jason Giambi, quien era el bateador designado en ese momento.
Pero ha decir verdad, si los Yankees pudieran regresar el tiempo —regularmente pueden todo— hubieran preferido contratar a “Big Papi” quien los atormentó desde que se puso la franela bostoniana.
Desde su jonrón ganador de dos carreras con el relevista zurdo Paul Quantrill como víctima en la duodécima entrada del cuarto juego de la final de la Liga Americana hasta todos y cada uno de sus 53 cuadrangulares en la temporada regular contra Nueva York en su carrera, ha sido un factor a cuidar por la serpentina neoyorquina. El está ahí arriba junto a Reggie Miller y Bill Belichick en cualquier lista de los villanos deportivos más odiados de la Gran Manzana.
“Yo pienso que eso es lo que me sucedió en 2003 y 2004. Las cosas siempre arrancan de una manera, y el haber podido ser dominante respaldando ese dominio con buenos números, especialmente contra los Yankees, durante mis primeros años aquí, las temporadas ’03-’04, forman gran parte de quien yo soy”, declaró Ortiz a ESPN durante esta temporada.
El bateador designado es el tercer pelotero que más palos de cuatro esquinas le ha pegado a los Yankees por debajo de Jimmie Fox (70), Ted Williams (62) Manny Ramírez (55). Esta campaña empató a Hank Greenberg (53) y rebasó a Carl Yastrzemski (52).
“Desde nuestro punto de vista, no cabe duda de que él ha adoptado el rol de villano de forma espectacular desde que llegó allí”, dijo Cashman. “Él ha sido vital para los Medias Rojas de Boston, un arma letal desde que se consolidó en 2003. No ha sido nada menos que una bestia”.
David Ortiz en su temporada de despedida ha brillado como lo hacen los peloteros cuando aspiran a obtener un gran contrato. Los Red Sox podrían abrir no sólo la cartera si no la bóveda del banco para ofrecerle al dominicano unos cuantos millones de dólares más por uno o dos años, pero para el bateador de 40 años, los 143 millones que ha cobrado en 18 años de temporada son suficientes.
Así, el más grande bateador designado comienza su adiós ante el rival más odiado.