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México
Agazapado al fondo de la cueva, un neandertal se limpia las heridas tras una larga jornada de caza. Otros miembros del grupo cocinan la carne en la hoguera, después de haberla limpiado gracias a herramientas fabricadas a partir de huesos y piedras. Tras el banquete, el último homínido de la tribu espera a que se vayan el resto para defecar en la oquedad excavada en la montaña. El grupo no volverá por allí en los siguientes meses. En la cueva no quedarán restos fósiles de su presencia, ni huesos ni otros fósiles que pudieran dar una pista sobre su paso por la zona.
Los científicos han logrado detectar ADN de antepasados como los neandertales y denisovanos en cuevas donde no había restos fósiles
La escena anterior pudo darse probablemente en multitud de yacimientos de diversas regiones del mundo hace miles de años. Hasta ahora, los científicos habían conseguido estudiar la evolución humana analizando los restos biológicos encontrados en cuevas como las de Atapuerca.
A partir de huesos conservados durante miles de años, los investigadores habían logrado extraer el ADN para trazar la historia de nuestra especie. Sin embargo, el número de yacimientos donde se han encontrado fósiles de nuestros antepasados es más bien escaso, lo que ha limitado mucho este tipo de estudios, ya que no era factible detectar ADN si no había restos biológicos conservados.
Un nuevo trabajo, publicado hoy en la revista Science, ha conseguido por primera vez hallar ADN de antepasados humanos como los neandertales y los denisovanos, junto a otras especies, en yacimientos donde no había huesos.
El avance, completamente revolucionario para el estudio de la evolución humana, ha sido posible gracias a una innovadora técnica desarrollada por un equipo internacional, en el que trabajan también científicos españoles del CSIC, la Universidad de Oviedo y el Instituto de Biología Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra.
Rastrear la presencia de nuestros antepasados
“Hemos podido extraer ADN mitocondrial contenido en los sedimentos de ocho yacimientos arqueológicos. Hasta la fecha el ADN procedía siempre de restos físicos de neandertales, denisovanos y otras especies de homínidos”, explica a Hipertextual Antonio Rosas, investigador del CSIC en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, que ha participado en el estudio.
El ADN mitocondrial es una molécula que porta la información genética de las mitocondrias, los orgánulos de las células que heredamos de nuestras madres. A diferencia del ADN nuclear, el cromosoma mitocondrial tiene una estructura circular y cuenta con un número mucho más pequeño de “letras”, lo que facilita su análisis.
Ya es posible detectar ADN de hace miles de años en lugares donde parecía no haber restos de nuestros antepasados, un salto importante en el estudio de la evolución
“La proporción de yacimientos donde se conservan restos fósiles frente al número de excavaciones con restos de actividad humana es muy baja”, comenta Rosas al otro lado del teléfono. Por poner un ejemplo: existen muchas cuevas similares a Altamira, donde sabemos que estuvieron antepasados de los seres humanos actuales, que yacimientos como Atapuerca, donde se han podido identificar fósiles de homínidos. Dado que los restos biológicos antiguos son más bien escasos, la posibilidad de identificar ADN de hace miles de años supone un salto en la investigación de nuestra propia historia.
A partir de ahora, según los autores del estudio en Science, será posible buscar ADN arcaico en lugares donde, aparentemente, como en la cueva imaginaria, no queden restos de nuestros antepasados.
Rosas señala que dicho material genético podría proceder de restos de heridas o defecaciones de homínidos antiguos, o de animales que hubieran sido consumidos, y cuyos cadáveres se hayan descompuesto. Al otro lado del teléfono, Antonio Rosas sostiene que la técnica que han ideado, que consiste en “pescar ADN mitocondrial de los sedimentos”, supone una auténtica revolución en el Pleistoceno o Edad del Hielo, una época donde los restos fósiles son más bien limitados. “Lógicamente cuanto más cercanos estemos en el tiempo a la época actual, más restos podremos hallar”, asevera el científico. HPERTEXTUAL.COM