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Ciudad de México
Donald Trump amenazó este jueves vía a Twitter a la japonesa Toyota para que cancele la construcción de una planta en Guanajuato, donde tenía pensado ensamblar el modelo compacto Corrolla para vender en el mercado nacional y en Estados Unidos.
En noviembre, la armadora realizó la ceremonia protocolaria de colocación de la primera piedra de esta nueva planta, que significa una inversión de 1,000 millones de dólares y la generación de 2,000 empleos.
Ahora, tras presionar con éxito a la automotriz estadounidense Ford para que cancelara su inversión en México, Trump pone en su mira este proyecto de la japonesa, amenazando con imponerle un arancel a las importaciones de autos desde México a Estados Unidos.
Toyota no ha hecho de momento ninguna declaración.
Con una participación de mercado de 15.2%, Toyota es la tercera marca con mayores ventas en Estados Unidos, después de General Motors y Ford. Particularmente, el Corolla está entre los cinco modelos mejor vendidos de Toyota en ese mercado. La nueva planta en México es parte de la estrategia para abastecer la creciente demanda en Estados Unidos.
Según directivos de Toyota, 60% de la línea productiva de la nueva planta de Guanajuato está diseñada para cumplir con las especificaciones del mercado estadounidense.
Aunque la japonesa produce este modelo en 16 fábricas alrededor del mundo, el grueso de la demanda de Corolla en Norteamérica se abastece desde la de Mississippi.
En noviembre, en una conferencia de prensa, Mike Bafan, presidente de manufactura de Toyota, encargado de las plantas de Baja California y Guanajuato, aclaró que ambas operaciones serían complementarias, por lo que no competirían. “El volumen de Mississippi no disminuirá una vez que la planta de Guanajuato entre en operación, y tampoco trasladaremos empleos de Estados Unidos a México”, dijo el directivo.
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Sin embargo, de imponer un arancel de 35% a los modelos de Toyota, como ha amenazado Trump, producir el modelo en México no sería competitivo para la armadora japonesa, lo que significaría que 60% de la capacidad de su nueva planta tendría que ser reconfiguarda para otros mercados y exportar, por ejemplo, hacia Sudamérica.
“Es posible. Habrá que ver si a la armadora le hace sentido de negocio”, opinó Manuel Valencia, director de la carrera de negocios internacionales del Tecnológico de Monterrey.
Además de la inversión de Toyota, las amenazas de Trump ponen en juego la llegada de 50 empresas proveedoras que invertirían en el país para trabajar con la japonesa.
La planta de Toyota colocaría a Guanajuato como el primer estado productor de vehículos.
Fuente: Expansión