IMPULSO/Carlos Ravelo Galindo
Juicios de valor
Estereotipos, prejuicios que molestan, nos informa la doctora, poeta y escritora doña Rosa Chávez Cárdenas. Pero añade que son los juicios de valor, ideas y creencias que se asocian a grupos de personas que comparten ciertas características.
Pueden ser positivos o negativos. Algunos resultan cómicos y otros ofensivos, añadiríamos.
Ella insiste que ante la realidad del grupo social, son perjuicios que perduran con el tiempo. Los culturales siempre están relacionados con el desenvolvimiento de un pueblo con respecto a la vida cotidiana de género, la comida, la manera de vestir, el futbol, la religión y los usos y costumbres.
Los más conocidos son los que representan a la mujer en la sociedad. A pesar de los avances quedan atrapadas en el papel del género débil, con tendencia a erotizar lo relacionado con el cuerpo femenino.
En los medios de comunicación es tema cotidiano, mujeres bellas mostrando sus cuerpos para atraer la atención del público. En la venta de carros, cerveza, objetos de lujo, hasta en productos para la nutrición y la obesidad.
El estereotipo está constituido por tres componentes: cognitivo (información), lo afectivo (sentimientos) y lo comportamental (acciones). Pueden o no estar juntos, pero es la representación de cómo reacciona el individuo ante una colectividad.
Los estereotipos se cultivan a través del tiempo, se refuerzan al transmitirlos de boca en boca.
Desde hace unos años con la aparición de las redes sociales. Algunos de los más reforzados sobre el género masculino: que los hombres no lloran, que son fuertes, que su hombría se demuestra por tener varias parejas y muchos hijos y que para ser macho hay que ser golpeador.
La época de oro del cine es uno de los mayores proveedores de figuras estereotípicas en nuestro país con Pedro Infante y Jorge Negrete y sus películas que han dado la vuelta al mundo.
De las mujeres: que son débiles, madres a toda madre y que para manejar son descuidadas, dice doña Rosa.
Del futbol: que México siempre pierde, que ya merito ganamos y que futbol y alcohol tienen que ir acompañados.
La percepción de los extranjeros hacía la imagen de los mexicanos: que somos flojos, ignorantes, mentirosos, que el agua es sucia.
Viajar a México, sólo comer vitamina T: tacos, tortas, tamales, tequila y tostadas. Y en todo hay corrupción.
Pero dice la OCDE (Organización para la cooperación y el Desarrollo Económico) que no somos flojos, que el mexicano trabaja más que en otros países.
Hay que tomar en cuenta la creatividad del mexicano. Se desarrolla por las carencias.
Repara máquinas sin ser mecánico. Construye sin ser ingeniero (vienen por eso los socavones). Se alivia sin ser doctor. Aconseja sin ser psicólogo. Defiende o acusa sin ser abogado. Tiene sazón como el mejor chef. Hace drama sin ser artista.
Pero eso sí, es el mejor anfitrión y para celebrar “echa la casa por la ventana”. [email protected]