Noviembre 20, 2024
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En las Nubes

IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
Esos aforismos

El aforismo es un arte milenario que se usa frecuentemente para expresar con elegancia el conocimiento y experiencias de la vida. Se ha definido como una sentencia lacónica y doctrinal. Presenta en forma sintética lo más interesante de alguna ciencia, materia, regla, principio, axioma, apotegma, máxima instructiva y generalmente verdadera.
Esta habilidad inteligente y demostrativa de las realidades de los sucesos de la vida es de uso poco frecuente en nuestro medio. Sólo algunas personas con cierta cultura lo utilizan para guiar su conducta en los avatares de nuestra existencia.
En la antigüedad el aforismo era de uso frecuente. Sobre todo en el ámbito médico en donde brotan con maestría y en forma ejemplar los aforismos hipocráticos. Estos al parecer fueron los primeros elaborados como una proposición relativa a los síntomas y diagnóstico de las enfermedades.
Al respecto, como médico reconocido y escritor empedernido, abunda don Fernando Calderón Ramírez de Aguilar.
Posteriormente el concepto se aplica a la ciencia y a diversas disciplinas, principalmente en la filosofía, en donde fue usado prolíficamente en todas las épocas y cuyos aportes aforísticos pasaron a formar parte importante de nuestra existencia, ya que el mundo participa así de su conocimiento y experiencia.
El aforismo se encuentra en todos los pueblos. En las literaturas egipcia, hebrea, sanscrita, védica y china encontramos el aforismo ya adoptado y reconocido como tal.
Los conceptos atribuidos a Walmiki en el Ramayana, las sentencias del Código de Manú, los célebres aforismos de Confucio. Los dictámenes de Horo, los preceptos del Libro de los Muertos y los cuentos egipcios contenidos en los célebres papiros de Berlín. Las sentencias de Zoroastro, las de la Biblia en los Proverbios, el Eclesiastés, y la Sabiduría contienen multitud de sabios aforismos religiosos, morales, políticos y sociales.
Estos que más o menos transformados con ingenio y adaptados a otras épocas posteriores han enriquecido el caudal de la mentalidad de las civilizaciones surgidas al desaparecer del número de las nacionalidades de aquellos antiguos pueblos.
En Grecia, Platón escribió aforismos en sus obras Timeo y el Banquete. Aristóteles con su gran cualidad de escritor, conciso y claro en su sintética de pensamiento dejó en sus tratados multitud de sabios aforismos. En las obras de Protágoras y Parménides, así como en las de los sofistas, se pueden encontrar multitud de bellos y sabios aforismos. Hesíodo y Homero también utilizaron aforismos.
La producción de aforismos bajó en la época de la decadencia. En Roma, el aforismo fue cultivado por filósofos, oradores, poetas, historiadores y legistas como lo muestran las obras de Ovidio, Hortensio, Cicerón, Horacio, Virgilio, Plauto, Salustio, Tito Livio, Fedro y Papirio. [email protected]

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