IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
Aprendamos
Por cierto don José Antonio Aspiros Villagómez, nos demanda hablar de la pérdida sobre el sentido de la patria.
Platicar sobre México y tocar la leyenda de los cinco soles nos hace aprender más del nuestro país. Tan vilipendiado.
Como de costumbre, nuestro historiador y traumatólogo Fernando Calderón Ramírez de Aguilar nos adentra en el tema. Y nos obliga a incursionar en una etapa brillante, que seguramente muchos conocen. Han oído de ella. O sencillamente tienen someros resplandores.
Queremos, el médico como el suscrito, compartir la charla, con el colega Aspiros y otros más.
Quedó en claro que antes de llegar los aztecas al valle del Anáhuac, ya existían antiguos cultos y dioses del sol que ellos adoptaron a fin de lograr una identidad propia.
Al asimilarlos cambiaron igualmente sus propios dioses al intentar colocarlos al mismo nivel de los antiguos dioses del panteón nahua.
De esta forma elevaron los dioses patronos, Huitzilopochtli y Coatlicue a la altura de las antiguas divinidades creadoras como Tláloc (señor del agua), Quetzalcóatl (serpiente emplumada) y Tezcatlipoca (señor del espejo negro).
Según los más viejos, la tierra y el cielo se estancaron en el año (Uno conejo). Sabían que cuando esto sucedió habían vivido cuatro clases de gentes, es decir habían sido cuatro las vidas.
Como también que cada una fue un sol.
Decían que su dios los hizo y los crio de ceniza, y atribuían a Quetzalcóatl, signo (siete vientos) el haberlos hecho y creado.
Los aztecas se consideraban el pueblo elegido del sol.
Tezcatlipoca fue el primer sol en alumbrar al mundo. Los demás dioses crearon a los gigantes, hombres sumamente fuertes, que comían bellotas de encinas.
Tezcatlipoca fue el sol que alumbro durante 676 años. Cuando dejó de ser sol los jaguares se comieron a los gigantes y no quedo ninguno.
Otra versión relata que al principio, bajo el signo (cuatro-agua) se llamaba atonatiuh (sol de agua) sucedió que todo se lo llevo el agua. Todo desapareció. Las gentes se volvieron peces.
El segundo sol, estaba bajo el signo 4 ocelotl (cuatro tigres) y se llama ocelo Tonatiuh (sol de tigre). En el sucedió que se hundió el cielo.
Entonces el sol no caminaba de donde es mediodía y luego se oscurecía y cuando se oscureció las gentes eran comidas por nuevos gigantes. Otra versión menciona que existían hombres monos que se alimentaban de piñones. Quetzalcóatl fue el sol y duro 646 años, hasta que Tezcatlipoca lo derribo.
El tercer sol que hubo estuvo en el signo de 4 quiauhuitl (cuatro lluvias) se dice Quiautonatiuh (sol de lluvia). Los dioses pusieron a Tláloc por sol.
En el sucedió que debido al uso de placeres mal sanos Quetzalcóatl ordeno que lloviera fuego sobre los moradores, por eso ardieron. Llovieron multitud de piedras que se esparcieron por todos lados, Hirvió el tezontle (piedra liviana llena de agujeros) y los peñascos que están enrojecidos.
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