IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
Benditas lágrimas
Cuando envejeces, te das cuenta de que no hay respuestas, sólo historias. Queremos este día remontarnos a una de ellas, que abarca a la familia. Principalmente a nuestros nietos. Platicar, muy breve, de ellos, con el orgullo de alguien que está casi al final de su jornada.
Son diez nietos: cinco mujeres y cinco hombres. Dos de ellos, Massimo Ravelo Peralta, 16 años, su mamá doña Cristina Peralta y Paolo Ravelo Valdéz, apenas nueve .Este hijo del licenciado en administración de empresas Arturo Xavier Ravelo Reyes y la abogada Úrsula Valdez de Ravelo. Los restantes poseen ya su cédula profesional.
Precisamente, razón de esta reflexión, fue que ayer recibió doña Ximena Guadalupe Ravelo Barba su título y cédula profesional de licenciada en pedagogía. Su hermano Jorge Alberto Ravelo Barba, es médico cirujano. Hace una especialización en Barcelona, España. Ambos hijos del abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes y la arquitecto Martha Barba de Ravelo.
La primera en recibir su título y cédula de licenciada en administración de empresas fue Mercedes Ravelo Goff de Farah
Siguieron sus hermanos Carlos Fernando Ravelo Goff, Santiago Ravelo Goff y Mariela Estefanía Ravelo Goff. Licenciados los tres en Ingeniería Industrial.
Hijos del ingeniero civil y doctorado en el IPADE, Carlos Fernando Ravelo Reyes, y la licenciada en pedagogía y literatura María de las Mercedes Goff de Ravelo.
Y luego la licenciada en mercadotecnia Andrea Ravelo Martínez y la licenciada en sicología Ana Sofía Ravelo Martínez de Aréchiga. Hijas del actuario en retiro Luis Ravelo Reyes y doña Leticia Martínez.
Ante tal cúmulo de aciertos, nosotros, para no quedarnos atrás, hace cuatro años, a los 83, recibimos nuestro título y cedula profesional de licenciado en periodismo. Con el aplauso de Bety, hijos, nietos, bisnietos, hermanos y amigos. Nuestra Alma Mater fue la universidad de la vida.
La escuela de la verdad, con estudios incorporados a la razón, al entendimiento, al sentido, al meollo, a la interpretación adecuada, y al sistema filosófico que considera la experiencia como única fuente de conocimiento.
“El empirismo fundado en la observación, práctica, costumbre, conocimiento, pericia, habilidad, habito de la existencia misma”, señala el prólogo de nuestra tesis.
Como hemos abusado de su paciencia, incursionamos en otro tema, menos escabroso. Le hemos nombrado Benditas lágrimas.
Esta es una historia hermosa, así como una lección de vida que vale la pena aprender.
Comienza cuando un niño intenta averiguar por qué su madre llora. Y le pregunta:” ¿ Por qué lloras?”. “Porque soy mujer”, responde ella.
Después el chico pregunta a su padre: “¿Por qué llora mama?”.
“Porque las mujeres a veces lloran sin razón”, responde él. Cuando el chico ya es adulto pregunta a Dios: “¿porque las mujeres lloran tan fácilmente?”. Y le responde: “La mujer es especial”. “Sus hombros sostienen al mundo”. “Por eso le otorgue a ella el don de dar vida. “Y la bondad de perdonar el rechazo que a menudo los hijos dan”. “Ella nunca se rinde. Cuida siempre de su familia, a pesar de la fatiga”. “Ella apoya a su esposo en los malos momentos y permanece a su lado”.
“Le di la capacidad de llorar, lágrimas de mujer, para aliviarse de cualquier preocupación que necesita aliviar”.
“Hijo la belleza de la mujer no reside en sus ropas, en su cara, ni en su pelo”.
“Su belleza se halla en sus ojos. Que son la puerta al corazón; donde reside el amor”. Y en su alma porque la entrega, si es necesario por el ser querido.
Sus lágrimas son el agua que viene del cielo y acompaña a todas las mujeres en su fortaleza y sonrisa al vernos contentos, querido hijo, concluye.
Gracias a todas las mujeres por sus benditas lágrimas, y en especial a ti. [email protected]
