IMPULSO/Carlos Ravelo Galindo
Los niños
Doña Rosa Chávez Cárdenas escribe con elocuencia sobre los niños. Su trabajo, que no tiene desperdicio, nos hace reflexionar. Lo que a las autoridades, no. Lo saben, pero, como también sabemos, sólo pontifican. Pero de allí, no pasan.
El 12 de junio se celebró el día mundial contra el trabajo infantil. Para concientizar y erradicar esta práctica.
Los primeros años son muy importantes en la vida del ser humano. De la buena alimentación depende el desarrollo del cerebro, el funcionamiento y la conexión de las redes neuronales que definen las capacidades intelectuales y emocionales en la vida adulta.
Brindar un ambiente nutricio de una familia y sentirse amado tiene un gran impacto en el desarrollo emocional. Brindará alegría, seguridad y confianza en sí mismo. En la adolescencia tendrán una mayor autoestima y en su vida adulta serán más productivos.
La infancia es la edad para estudiar, jugar y echar raíces. Con la pena, casi general, muchos niños no están en la escuela.
En México, tres millones seiscientos mil niños trabajan, viven en situación de calle con la exposición a riesgos como: adicciones, delincuencia, embarazo y hasta son atrapados en mafias que los explotan.
Mal alimentados, sin el soporte de una familia que les proporcione apoyo emocional y económico, crecen apenas sin resolver las necesidades básicas.
La esperanza de vida de estos niños es de veinticinco años. Viven situaciones como la alimentación inadecuada, ambientes insalubres en los que duermen. En promiscuidad. Y el peligro inminente a las adicciones. Seis de cada diez niños en situación de pobreza buscan la manera de subsistir con trabajos, liderados por adultos, que los explotan.
En el área urbana son limpiavidrios, vendedores en los semáforos, como payasitos o piden limosna, y hasta en el sexo servicio.
En el área rural a las labores del campo. Acompañan a sus padres en la cosecha en diferentes plantaciones, y laboran de sol a sol como los adultos. Como pago, en ocasiones solo reciben los alimentos.
Según el Inegi, el veinte por ciento de los niños no asisten a la escuela y otros, por lo menos, estudian y trabajan.
La ONU dice que el trabajo infantil viola sus derechos, los priva de la educación y de disfrutar la infancia. No es fácil asumir la doble carga, trabajo y escuela.
La explotación infantil es la utilización de menores de edad para beneficio económico de adultos y esto afecta como consecuencia, al desarrollo personal y emocional de los menores y el disfrute de sus derechos. [email protected]