Diciembre 24, 2024
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En las Nubes

IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
La curiosidad médica (dos y fin)
Seguir la charla con un erudito, como lo es y reconocemos, Calderón Ramírez de Aguilar, nos lleva hacia la mitad del siglo XVI, cuando un médico parisiense, Guillermo Baillón, descubrió por primera vez la tosferina y el reumatismo.
En la misma época, un profesor italiano llamado Silvio descubrió las venas y arterias del cerebro. Un canónigo de Módena, Gabriel Falopio, describió los tímpanos auriculares, los huesos esfenoides, los ovarios, la vagina y la placenta, los ligamentos circulares y muchos nervios.
Su discípulo Fabricio de Acquapuente reconoció las válvulas de las venas, y facilitó el descubrimiento de la circulación de la sangre.
Con todo esto, el hombre que sabía con admirable precisión científica el maravilloso mecanismo del corazón y la distribución de la sangre a través del bombeo del corazón por todo el cuerpo, las arterias y las venas, no conoció los capilares.
Fue el estudiante Ingles Guillermo Harvey que escribió en su libro imperecedero: Excercitatio anatómica de motu cordis et sanguinis in animalibus, (hay un cráter lunar que lleva su nombre). Adelanto el conocimiento del ovulo humano que fue visto hasta el año1827 por Bauer.
Galileo había ya imaginado combinar lentes para formar el telescopio y como consecuencia se derivaba que podían usarse lentes combinadas que hacían el microscopio. Sus visiones y amplificaciones no eran muy claras.
Sin embargo, con ellas consiguió Marcelo Malpighi, después de la muerte de Harvey, su libro Motu Cordis y cuatro años después su otro libro De Pulmonibus, en el que describió por primera vez el paso de la sangre de las arterias a las venas a través de los vasos capilares. Esto se describió de una observación que hizo en el pulmón de la rana en donde los capilares son muy grandes. Todavía se dio el lujo de publicar un libro más titulado, De formatione pulli in ovo.
Sanctorius, un profesor de Padua fue el primero que intento medir las variaciones de la temperatura del cuerpo humano a principios del siglo XVI. Pero los termómetros de la época no contaban con decimas ni casi grados. Por ello puede presumirse que Sanctorius estableció los principios de la moderna ciencia del metabolismo o nutrición y secreción. ¡Que humilde comienzo!
Hasta esta época empiezan los holandeses a interesarse por los estudios biológicos.
Sin títulos ni educación escolástica Antonio van Leeuwenhoek confirmo las observaciones de Malpighi en los vasos capilares del sistema circulatorio.
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