IMPULSO/Carlos Ravelo Galindo
Nueva era
A la nueva era se la exalta, se especula sobre ella, pero, en realidad, qué significa y cuáles las repercusiones que traerá consigo “la nueva era” en 2017.
La nueva era, nos lo explica doña Rosa María Campos, escritora, poeta y periodista, es un proyecto que abarca la transformación del mundo contemporáneo tal y como lo conocemos ahora.
Para algunos, es el inicio de una etapa que rompe con los paradigmas de una civilización belicosa, institucionalizada y racionalista, regida por las estructuras decadentes de piscis para abrir paso a una forma de ser y de pensar diferente, bajo el modelo acuariano.
Para otros, el amanecer de la armonía y el entendimiento entre los hombres, basado en una sensibilidad que se capta de la energía divina manifestada en la conciencia expandida de la nueva humanidad.
Para entender mejor, insistimos, debemos conocer los antecedentes, la nueva era tiene orígenes poco claros, por ser una corriente de pensamiento con influencias variadas, a la manera de un verdadero eclecticismo.
Registra la expresión nueva era Alice Annie Bailey (1880-1949), ocultista inglesa, quién la manejó en algunas de sus obras como ‘Discipulado en la Nueva Era” o ‘La Educación en la Nueva Era”.
La señora Bailey fue fundadora de la asociación “Buena Voluntad Mundial” para preparar a la humanidad a un cambio radical, impulsado por un Instructor Mundial.
Sin embargo, de hecho, el inició de este movimiento ocurre en India, en el seno de la Sociedad Teosófica, fundada por Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) cuyo meta fue develar el saber oculto sobre la verdad común a todas las religiones y el saber arcaico de la humanidad, con miras a la formación de una nueva religión mundial.
Sus obras más reconocidas son: “Isis Sin Velo” y “La Doctrina Secreta”, con fuerte influencia oriental.
A su muerte, la sucede su discípula Annie Besant (1847-1933), cuya tarea primordial consistió en preparar el camino para la llegada del Instructor Mundial llamado Maitreya, el nuevo Buda, la reencarnación de Cristo y de Krishna.
Misión que, en aquel tiempo, se creyó correspondía a un joven de origen braman Jiddu Krishnamurti (1895-1985), quién con los años se separo de los teósofos y declaró no ser el líder espiritual que ellos esperaban.
El cuerpo doctrinal de la “NE” es complejo por la mezcla de corrientes que abastecen su filosofía: Esoterismo, magia, hechicería, paganismo, budismo, hinduismo, ecología, astrología y espiritismo.
También incluye su propia versión de asuntos científicos entre los que destacan la Psicología transpersonal y la Física cuántica.