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En las nubes

IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
Nicolás Maquiavelo (1)
Como están las cosas, hay que meditar lo siguiente: si la mentira, la felonía, la crueldad fueron utilizadas en todos los tiempos y por todos los actores mundanos con poder, ¿por qué sus obras no provocaron tan vivas protestas y por qué tuvieron tanto éxito?

La respuesta es sencilla: la mentira, la felonía y el crimen han sido empleados en todos los tiempos y hasta la época actual por los hombres que ocupan el poder.

Éstos, como siempre, darán una respuesta mágica, para cubrirse: fue por razón de Estado. Aumentos, deterioro, etcétera, como hoy sucede, requiere de una explicación.

Eso nos movió a incursionar en la vida de Nicolás Maquiavelo. Hablar de la vida y obra del famoso florentino, requiere cuando menos de dos capítulos. Y más si se platica con don Fernando Calderón Ramírez de Aguilar. Conocedor de parte de su historia, acepta realizar, en unas horas de charla, desde su piscina, una síntesis con su amigo, el suscrito autor de “En las Nubes”.

El eminente ortopedista tarda más en beber un primer trago a su whisky, que empezar su plática. Entra en materia y nos cautiva con su narrativa. Nos dice que los primeros 29 años de la existencia de Nicolás Maquiavelo, constituyen la mitad de la parábola de su existencia.

Vivió 58 años según la expresión de Dante otro brillante florentino, del que no sabe casi nada. Sin embargo, se conocen la fecha de su nacimiento, 3 de mayo de 1469, y algunos datos sobre su familia. Se supone que su infancia y primera juventud las pasó en Florencia en la propiedad de sus padres, en San Casciano in Val di Pesa.

Se sabe que su familia era antigua y de origen señorial. Los Maquiavelo llegaron en el siglo XIII a establecerse en Florencia en el barrio Oltrarno cerca del Ponte Vecchio, donde desempeñaron varios cargos públicos, como el de prior y el de gonfaloniero.

A diferencia de tantas grandes familias florentinas dedicadas al comercio o a la banca, ellos no se enriquecieron. Bernardo Maquiavelo, padre de Nicolás, jurisconsulto y tesorero de la Marca de Ancona, fue un hombre austero. Su madre, Bartolomea di Stefano Nelli, de familia antigua y arruinada, era mujer de letras y escribía poesías.

Al parecer, los estudios de Nicolás fueron bastante buenos. Aprendió el griego y llegó a ser buen latinista. En el plano de la inteligencia y la cultura, fue producto de una ciudad excepcional. Desde hacía dos siglos Florencia había dado al mundo grandes escritores, innumerables artistas de primera línea, y en la época del Renacimiento, su genio, se manifestaba en todos los dominios.

Durante la juventud de Maquiavelo, la república de Florencia era uno de los seis principales estados de la península. Los otros eran el estado Saboyano- Piamontés, el ducado de Milán, la república de Venecia, el estado Pontificio y el reino de Nápoles.

Había en la península muchos otros estados de menor importancia que, sin embargo, desempeñaban un papel político como la república de Génova, el ducado de Ferrara, el marquesado de Mantua, el ducado de Urbino y las repúblicas de Siena y de Lucca.

En 1469, año del nacimiento de Maquiavelo, el estado Florentino era una república, No una democracia en el sentido que hoy le damos. Durante largo tiempo, las facciones rivales habían dividido la ciudad: gibelinos y güelfos, Blancos y negros, partidarios de los Donati y de los Cerchi, de los Albizzi o de los Ricci.

Los Medici se habían elevado poco a poco, pusieron su inmensa fortuna al servicio de su ambición y para adular al pueblo en el cual se apoyaban. Cosme de Medici había engrandecido el prestigio de la familia al dar su protección a los escritores y a los artistas. Su hijo Pedro era enfermizo y pobre de espíritu.

Lorenzo, hijo de Pedro, dotado de una inteligencia superior, supo dirigir con arte los negocios del Estado al tiempo que sus propios asuntos. Lorenzo ejercía un poder casi absoluto, mismo del que no se quejaba la mayoría de la población, pues había sabido procurar al Estado florentino paz y la prosperidad.

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