IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
El propósito de Rosa María
No puedo callarlo por la alegría que embarga a nuestro colega Juan Manuel Rodríguez González y a su esposa Guadalupe, pero mucho más a sus hijos María Elena Rodríguez de Lara y a su esposo don Alejandro Lara. Su nieta Elena Herandi Lara Rodríguez acaba de obtener del Tecnológico de Monterrey su título de licenciada en Relaciones Internacionales con felicitaciones de los sinodales.
Juan Manuel, sesenta años de periodista, dirige en la actualidad un diario en Aguascalientes. Fue jefe de redacción en el periódico “El Día” y editor de su edición “Metrópolis”. Creó en 1990 el periódico “Comunal”, donde nació “En las Nubes”. Como pintor, estudió en la Academia San Carlos, realizó los retratos de los veintisiete presidentes del Club Primera Plana. Y el mío, muy mejorados. Valga la expresión. Se exhiben en Humboldt 5, Colonia Tabacalera. Sede del CPP.
El mejor regalo se lo acaba de proporcionar su nieta Elena Herandi. Y al enterarnos, darlo a conocer. Por supuesto que cuando encontramos, leemos, algo de valor, en el escribir de otros colegas, nos permite, con su anuencia, compartirlo.
Rosa María Campos, poeta, escritora y periodista nos acercó su propósito para 2017.
Es justo, creemos, darlo a conocer, desde el heroico Estado de Veracruz. Más bien estoico, en donde ella reside, lo llama así: “Propósito”:
“Leer, oír o ver las noticias del día de lo que sucede en México, en todo el mundo, obliga a pensar que, además de inundar día con día con basura física nuestra madre tierra, la contaminamos con otra basura más poderosa: nuestras acciones, palabras y obras insanas, incalificables que, además de envenenar nuestra mente y cuerpo, multiplican la podredumbre en el planeta”.
La mala onda, como dirían los chavos, tiene años de apoderada de quienes mueven el poder tras el poder, de los políticos, sus ominosos partidos; de magnates y hasta asociaciones voluntarias o forzadas, clérigos y otros líderes religiosos, donde también la ambición, codicia, perversidad mueven a pelear unos contra otros: saboteándose proyectos proyectados para beneficio del pueblo enfermo y miserable expectante de sus deshonrosas luchas por dinero y poder que día con día se manifiestan en mayor tensión.
Mientras tanto las diferencias entre ricos y pobres se agravan. El clima emocional frío por un lado y volcánico por el otro, contribuyen a un nivel de inseguridad muy alto y constante. De seguir así, ¿a dónde vamos?
Los ricos ya se acordonan en sus vecindarios con vigilancia de 24 horas para protegerse, mientras, los pobres empezaron a romper los límites de su pobreza a costa de la seguridad y el bienestar de los ricos: esclavos, al fin, de su riqueza.
Y aún ante la problemática actual que tiene al bordo de un apocalipsis a nuestro México y al mundo, no aprendemos a trabajar juntos, a compartir los bienes.
Lo que no quieras para ti, no lo desees para los demás.
`Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter. Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar. Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación. Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo´ (Confucio)”. Culmina así nuestra amable amiga.