IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Le digo su profesión
Esta anécdota sucedió en uno de los muchos pueblos que aún tiene el municipio de Naucalpan de Juárez, del estado de México. Fue testigo el hoy extinto director territorial, José Prado Jara. El alcalde, entonces, era don Roberto Soto Prieto, de muy grata memoria, aún después de veinticinco años.
Pepe Prado la confió también al que fuera director de obras, Enrique Alanís Camino. Allá en 1990.
No obstante el tiempo transcurrido, no pierde actualidad. Porque con la juventud, la inexperiencia y la vanidad arremete con vorágine.
Al grano, nos diría cordialmente nuestra colega Jorge Bermejo.
Un pastor cuidaba su rebaño de ovejas en el campo: A lo lejos se detiene un coche. Baja un hombre. Se acerca y le pregunta:
“Oiga amigo, si le digo cuántos borregos tiene, ¿Me daría uno?”. Si fallo le regalo mil pesos”.
El campesino lo mira bien. De arriba abajo. Se frota los ojos, Contempla a sus animalitos. Se fajó bien el calzón de manta. Y acepta la oferta.
Sin más el joven señaló: “En el campo hay doscientas siete borregos, dispersos. ¿Estoy en lo cierto?
El indito sorprendido, enarca las cejas. Enmudeció por un momento. Pero honesto en su apuesta, acepta y le dijo al petimetre: “Cierto. Tome su oveja y salga de mi propiedad”.
Antes que el adolescente subiera el animal a su coche el borreguero le preguntó: “-Si yo le digo cuál es su profesión, me devuelve mi animalito”.
Sonriente respondió el muchacho:- Seguro, hombre, dijo mientras abría la puerta de su camioneta para marcharse.
El viejo entonces contestó: -“Usted es diputado”.
– ¡Exacto! ¿Cómo se dio cuenta?
“Se dice conocedor de borregos. Pero agarró mi perro
Todavía se escuchan las carcajadas de los propios borregos camarales.
