Julio 16, 2024
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En las nubes


IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo

Qué bonito país

En efecto, qué bonito país en el que nos ha tocado vivir, hemos tenido toda clase de mandatarios: sanguinarios, asesinos, llorones, frívolos, alcohólicos, déspotas, poco inteligentes y, además, folclóricos.

 

Decir nombres sería faltar a la caballerosidad, pero con lo que acabamos de leer de don Chente, no el cantante que también dice que ya se retiró, confirma nuestra aseveración.

Critica la Ley Anticorrupción y la llama “una mamada” y manifiesta que él vive con la limosna que recibe del pueblo cada mes.

No nos causa escozor, ni mucho menos, sino simplemente  risa. Piedad, compasión y misericordia.

Pero no solamente por él. También a quien acusan, ahora, de plagiar  tesis. Y robarse los dulces del estanquillo. Cuando niño y estudiante.  Sino por este pueblo, que ya no siente lo duro. Si no lo tupido.

Después de este breviario histórico cultural  (¿así se dice?) pasemos, con todo respeto, aunque se moleste alguien, a una anécdota. Que no cuento.

Buen provecho:

Un  político frívolo  –¿Habrá de otros?– mantiene un romance con su secretaria. Nada raro.  Al poco tiempo ésta queda embarazada y el senador, que no quiere que su esposa se entere, le da  una buena suma de dinero y le pide que vaya a dar a luz  a Italia.

A lo que la secretaria pregunta:-¿Y cómo te comunicaré que ha nacido?

No por teléfono. Ya sabes. Están intervenidos. Tan sólo envíame una postal y escribe Spaghetti. No te preocupes, yo me encargaré de todos los gastos.

Pasan seis meses y una mañana la esposa del  político lo llama a su escaño, exaltada:

– ¡Querido, acabo de recibir el correo y hay una postal muy extraña de Italia… La verdad no entiendo que significa!-

Apanicado,  asustado, el folklórico, contesta:- ¡Espera a que llegue a casa y te explico!

Cuando el hombre llega a casa y lee la postal cae al suelo fulminado por un infarto.

Llega una ambulancia y se lo llevan.

Ya en el hospital, el médico jefe se queda a confortar a la esposa y le pregunta cuál ha sido el trauma que ha precipitado tal ataque cardíaco.

 Entonces la esposa saca la postal y lee: – ¡Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti.

 Tres con salchicha y albóndigas y dos con almejas.

Luego les platico otro mejor. [email protected]

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