Diciembre 26, 2024
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IMPULSO/ Luis Miguel Loaiza

Opinión

En Valle de México ya nadie sabe de cuál partido es, ahora muchos se sienten morenos

En mis 30 años de reportero, después de vivir internamente media docena de elecciones, nunca había visto una con las características de la actual, con un clima raro, tirándole a lo sucio, con deserciones, traiciones y guerras intestinas que alejan más a la tan vitoreada e inexistente democracia-

En diferentes municipios del Valle de México y zona oriente, el chapulinazo ha sido la constante, en cuanto los políticos de mediana estatura pueden, se suman a quien cree que pueda ganar, dejando de lado años de militancia activa en sus correspondientes partidos y recibiendo incluso migajas con tal de seguir ganando en los presupuestos locales.

En Ecatepec, la gran mayoría de líderes de antaño afiliados al PRD son ahora los más férreos defensores del morenismo, gente que, de principio, dijo públicamente que AMLO era un peligro para México, pero que ahora se desgarra las vestiduras si alguien osa hablar mal del mesías (versión cumbia) y hasta ha habido rompimiento entre viejos amigos de la “izquierda” por no coincidir el uno con el otro.

Pero esta enfermedad también contagió a panistas que en algún momento se autoproclamaron como parte de la pureza albiazul, casos como el de Pedro Rodríguez, alcalde por el PAN en Atizapán que ahora es flamante candidato por otro partido, como el de Alexander Rábago, dos veces diputado en Ecatepec por el PAN y ex candidato a la Alcaldía, ahora radicado en Naucalpan, quien, junto con su esposa, es impulsor de las ideas de López Obrador, en fin, si pusiera nombres, me acabo el espacio a renglón seguido y no termino de mencionar a las docenas de personas que cambian de partido como cambian de ropa interior y hasta en la zona oriente líderes del movimiento PAN-PRD-MC renunciaron públicamente para unirse a Morena.

En Ecatepec, las cosas no son diferentes, con un PRI totalmente desesperado, y no por tener mal candidato, pues Isidro Moreno es reconocido en el área que opera, pero el hartazgo de la gente ante los malos gobiernos priistas, aunado a los malos tratos hacia las estructuras del partido, mantienen a Morena en un nivel hasta ahora inalcanzable.

El PRI hizo la última jugada al quitar al joven Carlos Rangel dos semanas después de iniciar la campaña a diputado federal y puso en su lugar a una nobel y desconocida niña que con trabajos sabe que se apellida Solís, este cambio le abre las puertas a la candidata federal Claudia Castello para remontar y aspirar al triunfo, pues el Tricolor perdió con la salida de Rangel, quizás a su última carta fuerte para buscar un escaño federal.

La disputa interna de Morena aún no se resuelve y se espera que, en los próximos días, los gapistas de Higinio Martínez puedan lograr ya por fin declarar como candidato a Fernando Vilchis, quien dirime su cargo en los tribunales electorales. Si sigue esa división interna, se podría colar muy bien Octavio Martínez Vargas, quien, con un PRD agónico y un PAN con poca presencia, tendrá que remar a contracorriente y realizar ahora sí una verdadera batalla para lograr ser el próximo alcalde del municipio más poblado de Latinoamérica.

Si soy mal pensado, podría decir que el Gobernador deberá evaluar el costo beneficio de su intención de mantener la gobernabilidad, pues sabe muy bien que su partido está en la lona con todo y el dinero a montones que pudiera invertir, la batalla será Morena vs PRD-PAN-MC, no hay más y yo creo, personalmente, aclaro, que el PRI podría apostarle más a apoyar al perredista que invertirle en algo que no tiene futuro, al tiempo que se darán cuenta de hacia dónde se mueven los aires tricolores y sabrán que no estoy lejos de la realidad.

El problema de Fernando Vilchis estriba en que ya se siente no candidato, sino presidente municipal y los consejeros que lo rodean le hacen un flaco favor al endulzarle los oídos, seamos congruentes, Morena no tiene ni siquiera una estructura que respalde a su candidato y menos una que cuide el voto, Fernando podría ganar en las urnas y perder en la mesa, al buen entendedor…

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