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Sao Paulo, Brasil
Las perspectivas económicas para México y Centroamérica no se verán afectadas por la crisis desatada en Brasil, tras el escándalo que involucra al presidente Michel Temer en presuntos actos de corrupción, informó el Fondo Monetario Internacional (FMI) este viernes.
Para el organismo, sin embargo, las perspectivas para esta región se verán afectadas, principalmente, por su exposición con Estados Unidos a través de la vinculación del comercio, la migración y la inversión extranjera directa.
“Las economías de la región están bien ubicadas, en términos de que tienen suficiente espacio de maniobra, reservas internacionales y salud en las hojas de balance de los bancos y las principales corporaciones”, apuntó el director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner.
En ese sentido, resalta la entidad, es crucial preservar la estabilidad macroeconómica y la confianza del mercado en un entorno de elevada incertidumbre, según la agencia española EFE.
AMÉRICA LATINA A PRUEBA DE CRISIS BRASILEÑAS
América Latina se recupera de una recesión a escala regional, pero las perspectivas son más débiles que las proyectadas hace unos meses, según el FMI, que consideró poco posible un ‘contagio’ de la crisis brasileña en la región.
Según el organismo, la recesión oculta resultados diferentes entre los distintos países, con un crecimiento relativamente vigoroso en América Central, contradicciones profundas en países como Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela, y una avance en general moderado en el resto de la región.
Así se desprende del informe “Las Américas. Historia de dos ajustes”, presentado hoy por directivos del FMI en un encuentro celebrado en la escuela de economía Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo.
Werner estimó que, de acuerdo con la experiencia de crisis anteriores, el nuevo escándalo que ha sacudido Brasil no tendría por qué afectar a otros países de América Latina y el Caribe.
“Cuando hubo la crisis política de Brasil hace dos años, o la volatilidad de México ante la incertidumbre sobre la posible renegociación del tratado de libre comercio, el impacto regional fue limitado”, aseguró el experto.
La proyección de crecimiento para América Latina y el Caribe es de 1.1% este año y del 2% para 2018, mientras que a medio plazo se sitúa moderada en el 2.6%.
El Fondo advierte que en un contexto ‘lleno de desafíos’, la región debe apuntalar los ajustes fiscales y externos con el fin de preservar y reponer los márgenes de maniobra y apostar por una política monetaria flexible en los países en los que la inflación sigue una tendencia a la baja.
En Sudamérica, donde existen ‘marcadas recesiones’ en algunas de sus principales economías, como la brasileña, el organismo considera necesario continuar los esfuerzos para reducir distorsiones internas, resolver la incertidumbre sobre las políticas, mejorar la gestión del gobierno e impulsar reformas estructurales.
EL FMI NO QUITARÁ EL DEDO DEL RENGLÓN
Werner señaló que el FMI monitorea la situación de Brasil después del escándalo de corrupción que esta semana salpicó directamente al presidente Michel Temer aunque consideró que sería precipitado realizar un diagnóstico sobre las consecuencias que la nueva crisis tendrá en el campo económico.
El directivo precisó que en las próximas semanas el organismo seguirá de cerca los acontecimientos de Brasil con el fin de evaluar futuras proyecciones económicas, aunque por el momento mantendrá sus pronósticos.
“Hay que tener cautela. Vamos a ver cómo las cosas se desarrollarán y con las cosas más claras evaluaremos las proyecciones económicas”, aseguró.
Según el FMI, el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil avanzará un tímido 0.2% este año y escalará al 1.7% en 2018, después de dos ejercicios consecutivos en números rojos por primera vez desde la década de 1930.La economía del país sudamericano cayó un 3.8% en 2015, su mayor tropiezo en un cuarto de siglo, y perdió un 3.6% en 2016, hundiéndose en una profunda recesión.
Sobre el Caribe, el FMI destaca que las perspectivas están mejorando, pero precisa que la deuda del sector público sigue siendo un importante factor de vulnerabilidad. Expansión