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Brasil
Una masacre inédita en Amazonas dejó un tendal de entre 50 y 60 muertos en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) de Manaos, la capital de ese estado provincial.
Durante los enfrentamientos entre reos, hubo varias decapitaciones y algunos cuerpos fueron quemados y mutilados, según informó la Orden de los Abogados.
El motín empezó por la noche del domingo con una rebelión y una fuga de presos. Los que permanecían adentro tomaron rehenes: se habló de al menos siete personas en manos de un grupo de detenidos. Pero con el ingreso de un batallón de choque amazónico este lunes por la mañana, el motín logró ser desactivado tras 17 horas de caos.
Epitácio Almeida, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la OAB en Amazonia, coordinó las negociaciones con los presos y trabajó por la liberación de los rehenes, que fueron liberados esta mañana, cuando se dio por concluida la sublevación, según informó la agencia EFE.
“Infelizmente estamos delante de la mayor y más horrible masacre en los presidios de Brasil”, aseguró Almeida en un mensaje enviado a algunos miembros de la OAB.
En una conferencia de prensa por la noche del domingo, el secretario de Seguridad del estado amazónico, Sergio Fontes, dijo que una de las causas de la revuelta fue una pelea entre dos facciones delictivas en busca del control dentro de la cárcel. La trifulca también pudo haber sido provocada para facilitar la fuga de al menos 20 detenidos.
“Todo indica que fue un ataque de una facción mayor contra una menor para eliminar la competencia”, relató el secretario de Seguridad Pública.
Es que la guerra entre los bandas de la droga se trasladó al penal. Allí, la mayor de las mafias de la cocaína, el Primer Comando de la Capital procuró desplazar a la gavilla local conocida como Familia del Norte. El PCC que tomó vuelo en San Pablo en los años 90, es el cartel más poderoso de Brasil en la actualidad.