Julio 16, 2024
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Elvira Liceaga: reventar el discurso de la madre

La escritora mexicana recrea en Las vigilantes las relaciones entre las mujeres, sus duelos y sus ambivalencias

La madre que está cansada de ser madre, la mujer embarazada que no quiere criar, la hija insegura y “otras formas de maternar que a veces son cuidados entre amigas o entre hija y madre”. Éstos son los personajes y temas que nutren la novela Las vigilantes, de la escritora Elvira Liceaga.

Me interesa que ninguna madre se mueva en territorio restringido, una especie de madre fluida que pueda ir y venir en su maternidad. Que tenga contradicciones, dificultades, sororidad, ambivalencia, hartazgo, cansancio. La maternidad debe ejercerse en los términos de la madre. Quería poner de cabeza a la madre que está en el pedestal y reventar ese discurso”, dice en entrevista.

La también locutora explica que el libro “está inspirado en las relaciones, los duelos y las experiencias de otras mujeres relacionadas con el derecho a decidir, con la ambivalencia de la maternidad, con la experiencia de ser hija, de tener un duelo de hermana.

Es una ficción construida en el lenguaje. Es una historia que vive en el lenguaje y que me interesaba mucho que fuera verosímil y que se despegara de la necesidad de ser una biografía”, comenta.

Quien estudió dos maestrías en Nueva York detalla que Las vigilantes es una “novela inscrita en la Ciudad de México en la actualidad; en una sociedad que cada vez es, por una parte, más feminista y, por otra, más feminicida y más consciente de las violencias machistas que no paran.

Está escrita de manera fragmentaria porque el silencio es muy importante. Los blancos en las páginas a veces dicen más que la narración y porque una de las cosas que propone es que hay experiencias que no son atravesadas por la escritura o que ésta es insuficiente para mostrarlas”, agrega.

A caballo entre el ensayo, la novela, la crónica y la estampa, Las vigilantes es una historia donde a veces todas callan para dejar hablar a las otras. “Esa fue una de mis grandes intenciones, saber que uno debe guardar silencio para escuchar a la otra persona; y a veces no tenemos que escuchar sólo sus palabras, sino su cuerpo”.

La conductora del programa de radio Las partículas elementales considera que “es vital que nos hagamos constantemente las preguntas que se hacen las feministas, pero sin dejar de mirar esos lugares donde los signos de las luchas no llegan.

Quería escribir como observadora de maternidades diferentes. Dejar que ellas se hablaran y evidenciar que la maternidad no se puede generalizar, idealizar ni romantizar”, indica.