IMPULSO/Agencia SUN
Estados Unidos
El espectacular y vanguardista techo del estadio Mercedes Benz es tema de discusión en este momento pues durante muchos meses la NFL mediante sus oficiales han dicho que les gustaría que el Super Bowl LIII se realice con el famoso techo retráctil abierto, pero eso ya empieza a llegar a lo imposible.
Las bajas temperaturas en Atlanta no solo pusieron en alerta a la población por una posible nevada, si no ha provocado que la liga analice muy de cerca qué sucederá con uno de los mayores atractivos que tienen este inmueble que costó mil 600 millones de dólares.
De hecho, la inauguración de la casa de los Falcons tuvo que ser reprogramada en dos ocasiones debido a los atrasos en el espectacular techo conformado por ocho pétalos gigantes de 500 toneladas cada uno que se cierran o abren en ocho minutos.
“Creo que es más probable que estemos cerrados, dado que la realidad es que aunque el juego comienza de día no hay la suficiente temperatura alta. Entrando la noche la temperatura bajará lo que provocaría que el partido terminara con una condición diferente”, reconoció Peter O’Reilly, vicepresidente senior de eventos de la NFL.
A los Falcons y en particular a su dueño Arthur Blank, le encantaría ver el techo operable por el que pagó cientos de millones de dólares de una forma u otra.
Este miércoles la temperatura más baja que se ha registrado es de -5 grados centígrados, pero el domingo se espera una máxima de 17 grados máxima y 10 mínima.
Ni los Patriots ni los Rams juegan en estadios bajo techo, pero hacerlo sería una ventaja para los pateadores que podrían definir el partido.
Greg Zuerlein le dio el pase a los Rams al Super Bowl con un gol de campo de 57 yardas en domo de los Saints.
