Diciembre 21, 2024
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El Kremlin asegura que la academia bombardeada alistaba ataques contra civiles

* Putin afirmó que era el “deber sagrado” de Rusia expulsar a los invasores de su territorio y que el ejército ruso estaba empezando a expulsar a los efectivos ucranianos de Kursk.

Moscú. Rusia aseguró este miércoles que los misiles balísticos Iskander-M que lanzó el martes en la ciudad ucrania de Poltava destruyeron un centro de entrenamiento de militares dirigido por instructores extranjeros, que preparaba especialistas en comunicaciones y lucha radioelectrónica para el ejército ucranio.

El ministerio ruso de Defensa añadió en su parte de guerra diario que en ese centro –el Instituto Militar de Comunicaciones de Poltava– recibían instrucción operadores de drones que se utilizan en ataques contra objetivos civiles.

Según datos de los servicios de emergencia de Ucrania, a consecuencia de ese ataque, uno de los más letales desde el comienzo de las hostilidades, en febrero de 2022, murieron al menos 53 personas y 298 resultaron heridas.

La comisión creada por el presidente Volodymir Zelensky aún tiene que esclarecer las circunstancias en que se realizó el ataque y, sobre todo, responder la pregunta que indigna a muchos en las redes sociales ucranias desde el martes: ¿es cierto que el elevado número de víctimas se debió a que los alumnos estaban formados en una explanada frente al edificio principal del instituto, en una ceremonia de inauguración del nuevo año lectivo?

Muchos exigen en Ucrania que, de ser así, se castigue al responsable de semejante negligencia. Llamó la atención que el comandante en jefe del ejército ucranio, Oleksandr Syrskyi, destituyó el martes a Roman Gladky, quien era el jefe del Estado Mayor de las fuerzas de sistemas no tripulados, rama de reciente creación en el ejército para coordinar el empleo de drones en los campos de batalla, cuyos operadores se forman precisamente en el Instituto Militar de Comunicaciones de Poltava.

Por otro lado, en lo que se anuncia como una remodelación a fondo del gobierno de Ucrania, que implicará la sustitución de la mitad de los titulares de cartera –según adelantó el jefe de la bancada mayoritaria del Legislativo, Sluga Naroda (Servidor del Pueblo), David Arajamia–, la Rada Suprema aprobó ayer cuatro dimisiones, rechazó dos y una más, la del canciller Dmytro Kuleba, no fue votada por falta de tiempo.

Se da por seguro que Denys Shmyhal se mantendrá como primer ministro y, a partir de las declaraciones del presidente Zelensky acerca de dar nueva fuerza a las instituciones ucranias, se esperan cambios en el funcionamiento de los ministerios, sin descartar que pudieran fusionarse algunos y surgir otros, todo ello para reducir gastos y atender otras necesidades que se derivan de la guerra.

Aunque no se excluye que algunos titulares de cartera sean reubicados en el gabinete, este miércoles los diputados de la Rada aceptaron las renuncias de Olga Stefanyshina, viceprimera ministra para la integración europea y euroatlántica; Oleksandr Kamyshin, ministro de Industrias Estratégicas; Denys Maliuska, ministro de Justicia, y Ruslan Strilets, ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Por unos cuantos votos, fueron rechazadas las dimisiones de Iryna Vereschuk, viceprimera ministra para la Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados, y de Vitaliy Koval, jefe del Fondo de Propiedades del Estado.

La nueva composición del gobierno, según anticipa la prensa ucrania, se dará a conocer este jueves y la de algunos ministros el viernes, pero no son pocos los analistas de ese país que consideran que, a la luz de las noticias que llegan de los campos de batalla, el tema interesa cada vez menos a la población.

Además, estiman que de un tiempo a la fecha el gobierno ha perdido influencia y que el poder verdadero se concentra en la Oficina de la Presidencia, supeditada directamente a Zelensky.

Putin dice que la incursión ucraniana en Kursk no ha logrado frenar el avance en el Dombás

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó el jueves que la incursión ucraniana en Kursk tenía como objetivo frenar el avance ruso en el Dombás, pero que había fracasado, ya que Kiev simplemente había debilitado sus fuerzas en el resto del frente.

Fue el mayor ataque extranjero contra territorio soberano ruso desde la Segunda Guerra Mundial. El 6 de agosto, miles de soldados ucranianos irrumpieron en la frontera rusa ayudados por enjambres de drones, armamento pesado y artillería, algunos de ellos manufacturados en Occidente.

Putin, en su intervención en el Foro Económico Oriental de Vladivostok, afirmó que, al trasladar a Rusia unidades grandes y bien entrenadas, Ucrania se había debilitado a sí misma y había permitido a Rusia acelerar la ofensiva en el este de Ucrania.

Putin afirmó que era el “deber sagrado” de Rusia expulsar a los invasores y que el ejército ruso estaba empezando a expulsar a los efectivos ucranianos de Kursk.