IMPULSO/ Edición Web
México D.F
Existe entre muchos políticos la tendencia a procurarse una vida plena de comodidad justificada, en muchas ocasiones, con el argumento de que son las condiciones materiales necesarias para el mejor cumplimiento de sus funciones.
La tendencia, en México, inicia desde la más alta posición política. Al presidente de la república se le dota de residencia, Los Pinos, con todas las comodidades. Ese lugar fue transformado en su despacho, aunque oficialmente su oficina se encuentra en Palacio Nacional.
La situación de los gobernadores es similar. También disfrutan de la “prestación” de una residencia para su uso personal y familiar, mientras desempeñan el cargo. La excepción es el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, debido a que hasta 1997, ese puesto no existía y el gobierno de la ciudad era responsabilidad del Presidente que la delegaba en un Regente.
Así es que los políticos, cuando llegan al poder, gustan de ejercer un alto gasto por lo que corresponde a su comodidad. En este sentido, llama la atención que el gobernador del Estado de Oaxaca, Gabino Cué, una de las tres entidades con el mayor índice de marginación, que ocupa el lugar 31 de la economía del país, cuyo ingreso depende de la federación en un 95 por ciento y del que anualmente emigran al interior del país o al extranjero aproximadamente 400 mil oaxaqueños, haya montado, en la Ciudad de México, unas oficinas alternas en la Torre Omega, en Polanco, por las que su gobierno paga 200 mil pesos al mes, de acuerdo a una publicación del periódico Reforma.
En realidad esas oficinas no son necesarias porque el gobierno del estado de Oaxaca, como las demás entidades, tiene una representación del estado en el Distrito Federal, en cuyo inmueble siempre existe una oficina para uso exclusivo del gobernador, donde recibe a empresarios o funcionarios federales, durante su estancia en la capital del país. Esto hace innecesarios los 300 metros cuadrados del piso que renta en Polanco que además duplica un gasto que no se justifica para la entidad más pobre del país.
La representación del Gobierno de Oaxaca, está ubicada en una casa en la calle Shakespeare 68, Colonia Anzures, por la que no paga renta, ya que es parte del patrimonio estatal. En la Torre Omega se paga a razón de 40 dólares por metro cuadrado al mes lo que arroja un total de 198 mil pesos, para que el gobernador Gabino Cué mantenga su “privacidad” para entrevistar a empresarios y políticos.
El senador por Oaxaca, del PRD, Benjamín Robles dice: “Todo mundo sabemos que ésa es la oficina del Gobernador, en el edificio Omega. Todo mundo va a esa oficina como la oficina del Gobernador. Estaba en la creencia de que ésa era la oficina oficial del Gobierno porque allí nos recibe a todos. Yo he sido citado muchas veces allí”.
La decoración de las oficinas del gobernador Gabino Cué en la Torre Omega fue realizada por la arquitecta Renata Elizondo, quien también decoró su despacho en la Casa de Gobierno y, recientemente se supo, diseño la mansión que el gobernador ocupa en la zona más exclusiva de Oaxaca, cuyo valor estimado es de siete millones de dólares.
Como puede observarse, la austeridad no es una práctica extendida entre los políticos, este es un ejemplo, que demás destaca porque el contexto de su actividad es de pobreza y marginación.
Muchas cosas serían diferentes si solo atendieran las palabras de Benito Juárez, quien decía: “Bajo el sistema federativo, los funcionarios públicos, no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad. No pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala”.
Y si Juárez no hubiera muerto…
