Diciembre 25, 2024
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El Filósofo de Güémez

IMPULSO/ Ramón Durón Ruíz (†)
Buena suerte

Cuenta una historia que “un viejo, que por viejo sabio, se paró ante un público y contó un chiste, todos se rieron con agrado. Al cabo de un rato contó el mismo chiste y casi nadie se río; una y otra vez volvió a contar el mismo chiste, hasta que nadie se reía. Fue entonces cuando lleno de la sapiencia que dan los años y la vida dijo: —Si no pueden reírse varias veces de una sola cosa… ¿Por qué lloran y sufren por lo mismo una y otra vez?”1.

La moraleja es formidable, recuerda que no llegaste a esta vida para quejarte y sufrir, tu tarea es la de ser feliz; y la felicidad no tiene atajos, se encuentra en tu interior. San Agustín al momento de morir dijo: “Toda mi vida busqué a DIOS fuera y estaba dentro de mí”.

Hoy es el día, este es el lugar en el que desprogrames tu mente de privaciones y dolor, de enfermedades y sufrimiento y tengas la generosidad de reprogramarte para el amor, el bienestar, la felicidad y para una vida en armonía, sabiendo que “Dios te puso a un ser humano a tu cargo y ese eres tú mismo. Es a ti a quien debes hacer libre y feliz”

Una cosa debe quedarte bien clara, que en plena modernidad, rápido no significa mejor, y que muchas veces por ir a la carrera… dejas de lado, gozar y disfrutar el paisaje y con ello los instantes de la vida.

No olvides que el dolor y la enfermedad, como los problemas, muchas veces son pequeños males… que te dejan lecciones y muchos bienes. Joseeph Cossman dice: “Los obstáculos son esas cosas que las personas ven cuando dejan de mirar sus metas”

Recuerda que no hay receta mágica para que les vaya bien a todos, pero una cosa es bien cierta, la vida funciona mejor cuando trabajas de buena fe, con perseverancia, entusiasmo, alegría, inteligencia, cuando omites criticar y aplicas la terapia del elogio y gozas de un carácter siempre receptivo, para aprender, para dar, perdonar y amar, ¡ahhh! y no debes olvidar que la vida siempre provee un pequeño elemento adicional a quienes van a su encuentro… una pizca de buenaventura.

La mente humana es extraordinaria, cuando utilizas todo su poder a tu favor, atrae a tu vida el éxito, la felicidad, la armonía y te ayuda a crear una vida llena de Buena Suerte.

Buena suerte, es que sepas leer, mientras más de 700 millones de seres humanos son analfabetas;

Buena suerte, es que puedas comprar el periódico y “tengas dinero en el banco o en tu bolsa, porque estas entre el 10% de los hombres ricos del planeta”.

Buena suerte, es que hoy te hayas levantado con salud, mientras que a millones de seres humanos la vida se les va de la mano.

Buena suerte, es que recuerdes que en la vida no tienes nada que perder… y todo que ganar.

Buena suerte, es que te graves a “piedra y lodo” que “Cruzas por esta vida solamente una vez, así que no te des tiempo para el odio, el resentimiento, el rencor, o el miedo, intenta volar, arriésgate, trabaja con amor y alegría en tu evolución y crecimiento; hoy, sal a la fiesta de la vida como lo que eres: un ganador, y si puedes caminar… mejor vuela”

Buena suerte es que sepas, –lo que muchos ignoran–, que al estar bien contigo mismo, tu vida atrae milagros y que el amor, la alegría y el buen sentido del humor, producen micro reparadores que fortalecen tu sistema inmunológico, que traen salud, prosperidad y bienestar a tu vida.

A propósito de Buena Suerte y del buen sentido del humor, en el pueblo, después de 60 años de casado, muere don Anacorito, al poco tiempo muere Doña Revoltufia. Ambos van directo al cielo. Allí, ella busca desaforadamente a quien fue su marido durante 60 años y corriendo hasta donde él se encuentra, lo abraza, lo besa, le hace infinidad de caricias y le dice:

— ¡Viejooooo! ¡Qué Buena Suerte encontrarnos nuevamente!

— ¡No me ‘inges! –responde él– el trato fue: ¡hasta que la muerte nos separe!

1. http://www.accionparaelexitofp.com/?page_id=586

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