IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La escuela no es un lugar seguro para los adolescentes mexicanos. En el país, tres de cada 10 adolescentes y jóvenes de 12 a 18 años han sufrido burlas, daños a sus pertenencias, maltrato físico y humillaciones a través de redes sociales en entornos escolares, principalmente por personas conocidas como sus compañeros de clase. Mientras que en más de 50% de los hogares, las familias pelean o se evaden para no pelear.
La Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (Ecopred) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), reveló que tres de cada 10 adolescentes han sufrido acoso: burlas, daño a sus pertenencias, maltrato físico o humillaciones a través de las redes sociales perpetrado por sus compañeros de la escuela; ello representa a 32.2% de los estudiantes que actualmente tienen entre 12 y 18 años.
La encuesta considera el bullying o acoso escolar como las burlas, apodos hirientes, esparcimiento de rumores o mentiras, exclusión con base en sus gustos, físico o ropa; dañar o esconder intencionalmente los objetos personales como mochila, bicicleta, ropa, artículos electrónicos o herramientas de trabajo para molestarlo; y la difusión de mensajes de texto, imágenes o videos sin su consentimiento para chantajear, acosar o humillar a la víctima.
Además, considera a los jóvenes que admitieron haber sufrido maltrato “generado con malas intenciones” por medio de jalones de cabello, empujones, pellizcos o golpes y que como resultado provocan dolor físico, moretones, cortadas, quemaduras o fracturas; también considera robo con o sin violencia, amenazas, extorsión y delitos sexuales.
Este tipo de violencia se genera en la escuela, donde 60% los adolescentes revelaron haber sufrido este tipo de maltrato físico que en la escuela pero por parte de personas que conocen, sus compañeros de clase; amenazas y delitos sexuales que incluyen manoseo, tocamiento ofensivo, estupro y violación sexual.
La encuesta encontró que La Ecopred encontró que de lunes a viernes, en los hogares donde las familias cuentan con sus dos padres, las madres conviven con sus hijos seis horas y 26 minutos, mientras que los padres lo hacen cuatro horas con 34 minutos.
En los hogares encabezados por uno sólo de los padres, el tiempo de convivencia es de alrededor de cinco horas. Las actividades menos frecuentes que comparten padres e hijos son leer un libro o practicar algún deporte juntos.
En la mitad de los hogares con jóvenes de 12 a 29 años hay peleas en el hogar; y en 44.2% de los hogares que presentan situaciones problemáticas en términos de convivencia, los miembros del hogar se evaden mutuamente para no pelear.
Cuando pelean con sus padres por sus malas conductas como no cumplir con sus tareas del hogar o pelear con sus hermanos 38.6% de los jóvenes dijeron haber recibido un regaño, y 13.1% sufrieron violencia física o psicológica por parte de sus padres como medida disciplinaria.