El costo de la democracia en México
Carlos Guitián Berniser
El costo presupuestario de la democracia electoral en el ámbito federal, de frente a los comicios del primero de julio, en el que se elegirán presidente, 500 diputados y 128 senadores, alcanzará 28 mil millones de pesos, de los que el Instituto Nacional Electoral gastará 17 mil 400 MDP.
Según un reporte de la consultoría electoral Integralia, una empresa de análisis de riesgo político, planeación estratégica, evaluación de programas públicos y diseño de políticas de gobernanza, dirigida Luis Carlos Ugalde, el costo del proceso electoral aumentó un 18.78 por ciento con respecto a 2012, cuando se destinaron 22 mil 928.5 millones de pesos, una diferencia para este año de cinco mil 94.3 millones de pesos más.
De acuerdo al Primer Reporte Electoral 2018, de los 17 mil 400 millones de pesos de recursos del INE, los partidos políticos recibirán seis mil 700 millones de pesos y el Tribunal Electoral utilizará otros 3.9 mil millones de pesos.
En el caso de los partidos políticos, el reporte de Integralia agrupa el presupuesto por coalición: la alianza Todos por México (PRI-Verde-PANAL) tendrá a su disposición dos mil 591.9 millones; Por México al Frente (PAN-PRD-MC), dos mil 498.6 millones; y Junto Haremos Historia (Morena-PES-PT), mil 354.1 millones. Respecto al dinero para sus campañas, Todos por México (PRI-PVEM-NA) suma, con el presupuesto asignado a cada partido para este año, 863.96 millones de pesos; Por México al Frente (PAN-PRD-MC), 832.85 millones, y Juntos Haremos Historia (Morena-PT y PES), 451.36 millones.
Cabe destacar que el tope de gastos será de hasta 429.6 millones para los candidatos presidenciales, para los candidatos a diputados, 1.43 millones de pesos, y para los senadores, desde 2.86 hasta 28.64 millones de pesos, dependiendo de cada entidad.
“Los partidos tienen prohibido gastar más de mil 600 millones de pesos en sus campañas, pero las alianzas encabezadas por el PRI y el PAN recibirán más dinero del que se pueden gastar”, destaca Ugalde y precisa que, supuestamente, no pueden financiar su campaña con el dinero percibido para gastos ordinarios, pero la realidad nos demuestra lo contrario: “El sistema electoral no responde a la realidad política”.
En ese contexto, los seis mil 778 millones de pesos aprobados para los partidos políticos han regresado a la mesa de discusión el tema del financiamiento público de las elecciones. De inicio, no es tanto el carácter público del financiamiento el eje de la discusión, sino más bien su magnitud, el más alto de la historia, cifra que viene a confirmar lo revelado en una investigación efectuada por la BBC el pasado año: la mexicana es la democracia más costosa del mundo.
Efectivamente, si se divide lo gastado en una campaña electoral entre el número de votantes, metodología utilizada por la BBC, los cocientes arrojan que, en México, el voto cuesta más del doble que en Estados Unidos, 11.67 dólares por cada votante, y es mucho más caro aún que en países como Rusia y Francia (0.44 y 1.88 dólares, respectivamente). En las elecciones del 2012, arrojó un cociente de 25 dólares, lo que hace previsible que aumente en el 2018 por el monto que destinarán los partidos políticos para sus campañas.
Desde otra perspectiva, el problema central no reside en que el financiamiento sea público o privado, sea excesivo o moderado el dinero que se mueve, sino en la ineficiencia del INE para exigir transparencia en la utilización de esos recursos porque, aunque se rebasen los topes de campaña, ha resultado evidente su incapacidad para combatir prácticas financieras corruptas que ya se han presentado en el pasado.