IMPULSO/Ernesto Hernández Alarcón
La gran final NBA
El consenso respecto a esta final de la NBA es categórico: será una de las mejores en la historia. Aterrizan en este escenario dos mega-potencias como no habíamos sido testigos en varios años. En Futbol Soccer, como analogía, es el Barcelona vs Real Madrid. Y me agradan todos los factores que la rodean: un LeBron James, indiscutiblemente, en su mejor momento físico y mental, líder absoluto de la plantilla y con su séptima final al hilo, me atrevo a afirmar, al margen de cualquier comparación, que ya se planta en el Olimpo de los dioses del baloncesto, sí, junto a un Michael Jordan o Larry Bird. En esta tercera final consecutiva entre los Warriors y los Cavs, será la primera vez que el duelo de Stephen Curry vs Kyrie Irving se desarrollará pleno y sin lesiones de alguno de ellos. Un “match-up” que se antoja como uno de los principales manjares. Kevin Love y Tristan Thompson se desenvuelven en forma sólida, en particular el primero de ellos, bajo mi apreciación, ha recuperado un nivel que parecía haber descendido ligeramente. Tal vez una de las incógnitas podría ser su banca, sin embargo, tanto Kyle Korver, J.R. Smith o Deron Williams tienen la capacidad suficiente para emerger como un arma “x”.
Vayamos con los de la bahía, tenemos a un criticado Kevin Durant, a quien no le importa otra cosa más que su primer posible título. En honor a la verdad, el ex de los Thunder de Oklahoma ha hecho un auténtico sacrificio para ser parte de un grupo de competencia donde, en el fondo, no existe culto a una sola personalidad. KD está hambriento por ser campeón y seguramente será uno de los elementos más trascendentes de este magno evento. Sin tanto ruido como los estelares, Draymond Green se ha convertido en una pieza clave de su conjunto, empujando a cada uno de sus compañeros para que rebasen cualquier límite que pudiera existir. Su aportación en ambos lados de la duela es indispensable y mucho le deben tanto el citado Durant como Stephen Curry para que logren sus excelsos desempeños. Y hablando de “quedar a deber”, Klay Thompson tiene que demostrar el por qué es considerado un ‘all-pro’. Fue criticado por su desempeño en la final del año pasado, en la que, como todos sabemos, dejaron ir un 3 a 1 a favor que parecía definitivo y que se convirtió en una de las derrotas más dolorosas en una serie final del deporte profesional. Afortunadamente para los Warriors, los Falcons de Atlanta de la NFL se aventaron una derrota aún más ignominiosa en el mas reciente Súper Bowl. Por otra parte, es más que probable que el coach Steve Kerr no arranque desde el principio por el problema de salud que ha estado acarreando, lo cual implicaría una debilidad, pero Mike Brown se observa optimista y con una buena relación con aquel y sus jugadores. Su banca es profunda y confiable, liderada por André Iguodala, Shaun Livingston y David West. En términos generales, los Warriors son ligeramente favoritos. Empero, como lo hemos mencionado con anterioridad, estas “Finals” van a compensar por mucho lo insípido de la postemporada. Será de antología.