IMPULSO/ Ernesto Hernández Alarcón
El rey sin corona
Con las acciones de la NBA arrancando, una de las principales proyecciones de la Conferencia del Este cambió su perfil de manera sustancial, la lesión de Gordon Hayward de los Celtics de Boston, que en automático lo mantendrá al margen toda la temporada, significa que LeBron James seguirá dominando muy probablemente este hemisferio de la NBA y, con ello, extenderá su legado de apariciones en finales hacia ocho de manera consecutiva.
No dejan de sorprender los cambios tan radicales que sufrió su escuadra en el verano, los Cavaliers de Cleveland, que incluyó al gerente general y su segundo mejor jugador. En forma accidentada, la franquicia logró sobrevivir una agencia libre que debilitó a varios equipos del Este. La pregunta sería: ¿es esta versión de los Cavs superior a la del año pasado? Bajo mi apreciación, podría tener mayor profundidad en banca y una rotación más versátil en la medida en que Tyronn Lue mueva hábilmente sus piezas. El cuadro titular, sin embargo, mermó ligeramente su nivel, tomando en consideración que los nuevos integrantes, Derrick Rose y Dwayne Wade, son una moneda al aire (historial de lesiones y evidente veteranía). Jae Crowder reforzará la defensa, Isaiah Thomas será un interesante arma versátil y, bueno, allí están Kevin Love, Tristan Thompson, Iman Shumpert y J.R. Smith, que en distintas facetas han sido una garantía. Una quimera que irá adquiriendo sus verdaderas dimensiones al ritmo del “King” James.
Su adversario más claro, Boston, que como ya mencionamos perdió a la figura que representaba su mayor inversión y, por lo pronto, a reserva de la ajustes que implemente Brad Stevens (un entrenador muy capaz, mejor en general que TLue, bajo mi percepción), estoy ansioso por comprobar la capacidad de Kyrie Irving para ser un líder absoluto que cargue con la responsabilidad de llevar al campeonato a un equipo. Su salida de Cleveland respondió a esta inquietud, y el destino, de manera caprichosa, le está brindando la oportunidad cabalmente.
Atención con Jayson Tatum y Marcus Smart, ante la jerarquía y dictadura de LeBron James y, por supuesto, la disminución de músculo del Este, sólo dos o tres conjuntos podrían colarse a la final para enfrentar al “King”.
Los Wizards de Washington, que cuentan con un John Wall descomunal y un perímetro de alto calibre (atención con la lesión de Markieff Morris); como es costumbre, los Raptors de Toronto, con un tridente conformado por DeMar DeRozan, Kyle Lowry y Serge Ibaka, que en otros tiempos donde no existía la tendencia tan marcada de crear “súper-equipos”, serían mayores protagonistas, pero en estas instancias, son solo “competentes” y el proyecto que me llama más la atención : Bucks de Milwaukee, jóvenes y talentosos, dirigidos por Jason Kidd y con la presencia de tal vez el tercer mejor jugador del mundo: Giannis Antetokounmpo. En resumidas cuentas, la Conferencia del Este es más predecible que su antagónica, LeBron seguirá siendo el rey, pero cuando enfrente a los monstruos del Oeste, será de nueva cuenta, el rey….sin corona.