Diciembre 25, 2024
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Dos amigos

IMPULSO/Eloy Caloca
Solamente para los agremiados a la muy respetable y consolidada FAPERMEX:

Era el fin de la década de los 70 cuando llegaron una tarde -y tarde- dos jóvenes aspirantes a licenciado en periodismo a la escuela “Carlos Septién García”, de la que era director el sinaloense Alejandro Avilés. Ya se dirigía el subdirector michoacano Ismael Hernández a recoger los exámenes de admisión que habían presentado los puntuales cuando los referidos “retrasados” pidieron una oportunidad: presentarlo allí mismo, oral, en salones separados, sin copiar. Porque ambos provenían “de fuera” y acababan de llegar; mostraron sus boletos del autobús. Presumieron que aprobarían el examen y serían buenos periodistas. Y…con los años, así fue, obtuvieron el Premio México y otros nacionales más.
En el salón, les decían “los hermanitos del norte”, exponían clase juntos, cantaban juntos, pero también debatían. Competían limpiamente y generaban expectación hasta entre los maestros.
Uno de ellos, luego de aquel examen, confesó que, siendo de Acambay, EDOMEX, había ido a la Terminal del Norte a recoger a un familiar que llegó de Monterrey, por lo que no mintió, pues venía realmente de Toluca. El otro sí acababa de llegar de Tampico, su equipaje lo decía.
El perseverante ingenioso fundó periódicos, hizo radio, una organización gremial, talleres, escribió libros, le ayudó mucho a David López Gutiérrez en su arribo y posicionamiento de vocero estatal con don Alfredo del Mazo. Lo nombraron comunicador en la Procuraduría en reciprocidad.
Ese buen amigo lo fue igualmente de artistas que de políticos, después fue reconocido y apreciado por Enrique (Peña Nieto), igual que por poetas y literatos, así como empresarios y académicos; ayudó, formó y guió a muchos, y seguramente los seguirá guiando con su ejemplo y sus varias obras, ése era mi hermano Eliseo Lugo Plata, el que físicamente ya no estará, pero al que muchos… “por sus frutos, lo conoceréis”.
Ambos discípulos de Teodoro Rentería Arróyave
El que venía de Tampico era yo, Eloy Caloca Carrasco, quien –con Nayra, mi esposa, y mis hijos Eloy y Omar- se conduele con familiares, amigos y el gremio del líder e intelectual mexiquense que se nos adelantó.

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