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Washington
El presidente Donald Trump prometió establecer una serie de esfuerzos a nivel nacional para combatir la crisis de adicción a los opioides que se vive en Estados Unidos y la cual ha considerado “una epidemia total”.
“Queremos ayudar a aquellos que se han vuelto adictos. El abuso de drogas se ha convertido en un problema incapacitante en todo Estados Unidos”, dijo el presidente Trump durante una mesa redonda en la que aprovechó para presentar a su entrañable amigo, el gobernador Chris Christie como la cabeza de la nueva comisión que emprenderá la lucha contra el abuso de opioides.
Trump sostuvo una reunión con miembros de su gabinete, de la policía, adictos recuperados y activistas contra el abuso de opioides. Durante la emotiva mesa redonda, Trump escuchó las historias de personas que empezaron con la adicción a analgésicos para el dolor y rápidamente pasaron a la heroína.
“Hoy estamos reuniendo a líderes de nuestro gobierno y fuera de nuestro gobierno y personas valientes que han sido afectadas, realmente afectadas por esto”, dijo Trump. Agradeció muy especialmente a una mujer presente en la reunión, quien perdió a un hijo por sobredosis y señaló “él no habrá muerto en vano”.
Al mismo tiempo, y en presencia del secretario del departamento de Justicia, Jeff Sessions, el presidente Trump llamó la atención sobre los cárteles de drogas al señalar que han sido los que “han extendido su mortal industria a través de nuestra nación y la disponibilidad de narcóticos baratos”. Indicó que “este es uno de nuestros grandes problemas que tiene el país y nadie quiere hablar sobre ello”.
Por su parte, Christie dijo en una entrevista previa que no tenía interés de tener un puesto permanente dentro del gobierno de Trump, pero que estaba feliz de liderar esta comisión. El gobernador de Nueva Jersey hizo una pieza central de su campaña a la presidencia la lucha contra la adicción y ha dedicado su último año de gobierno a atacar esta crisis.
Algunos críticos ven este anuncio como algo que no va con la retórica del presidente Trump, quien a través de la nueva legislación republicana que pretendió reemplazar Obamacare no se consideró las terapias de rehabilitación como servicios “esenciales” de salud.
