IMPULSO/Agencia SUN
Jalisco
Las Chivas deben saber dónde están paradas.
Sí, es un equipo que va a competir. Sí, es un equipo que no va a andar a los tumbos como en torneos anteriores. Pero para ponerse de tú a tú con los pesos pesados del torneo mexicano… Le falta. Le falta mucho.
No es que Guadalajara estuviera agrandado, pero Monterrey le dijo en qué nivel se encuentra, le ganó 0-2 con autoridad.
El disparo de Dorlan Pabón (1’) fue un auténtico rayo, un obús que parecía ser imparable, pero la realidad es que para un portero de la estatura de Raúl Gudiño, no debió de ser un problema.
Al cancerbero del Guadalajara se le ha alabado en muchos momentos, pero también es una realidad que le falta oficio, como saber recorrer, lanzarse, esos secretos de un portero hecho y derecho que sólo se adquieren con tiempo y paciencia.
Si en Chivas lo aguantan y lo llevan de la mano, seguro que consagrarán a un guardameta de época.
Y lo demostró minutos después cuando hizo una triple atajada, de esas que se quedan en la memoria por mucho tiempo.
Pero… Dorlan Pabón volvió a aparecer. Tiro desde fuera del área, ese balón subió y bajó (88’), y sí, en ese disparo Raúl Gudiño nada tenía que hacer, ni el portero más alto o experimentado del mundo podría detenerlo.