IMPULSO/ Miguel A. García
Toluca
La división de los partidos “de izquierda” en el estado podría garantizar la continuidad del PRI en la Gubernatura del Estado de México, esto cuando se vive un momento único en la historia, en el que la alternancia sería un objetivo posible.
A decir de Fermín Carreño, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), existe a nivel nacional una fractura de fondo en esta corriente, ello derivado de aquellos que votaron a favor de las reformas estructurales del Gobierno federal y se sumaron al “Pacto por México”.
Esta condición, explica, dará las mínimas posibilidades de que los diferentes grupos “de izquierda” logren un consenso a favor de un bloque opositor en la próxima elección en el estado, reconociendo que una acción unitaria que postule y conjugue toda la animadversión que existe hacia el estado daría amplias posibilidades de victoria.
“Es importante que hubiera unidad para poder ganar el Estado de México, para terminar con un sistema de corrupción y con tanta impunidad que existe, pero requiere de la unidad de todos los mexicanos, desde ´las izquierdas´, que deberían de valorar ese bien superior”, explicó el académico.
Refiere que buscar una alianza con Acción Nacional incluso contaminaría el mensaje de cambio, al ser éste uno de los principales promotores de la misma política generada por el hoy Gobierno federal y el del estado.
La izquierda y la derecha son como el agua y el aceite, no tienen puntos de coincidencia, esta última fue a aprobar las reformas estructurales y ha apoyado todas las acciones económicas derivadas de ellas.
Factores como el gasolinazo, la impunidad, inseguridad y falta de transparencia repercutirán en la imagen del PRI.